ONE-SHOT

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Stan Marsh pasó por un montón de sucesos que alborotaban sus frágiles emociones en estos últimos meses, su vida era un carrusel.
Estaba tan perdido en si mismo y sus problemas que su estado de ánimo era inpredesible y, como no iba a sentirse así, si en 4 meses tuvo que asimilar la separación de sus padres, una nueva casa, el comienzo de la preparatoria, presión social y la reciente__ pero no inesperada__, ruptura con su novia Wendy.
Su mente es un caos por lo tanto, su aspecto físico también.

Sin obtener respuesta propia a sus problemas opto por preguntarle a la única persona que creía q aún se interesaba en él. Después de todo era su mejor amigo y consejero, por más que últimamente no pudieran hablarse mucho, ellos seguían siendo inseparables... o eso creía.
Decidió mandarle un mesaje común diciendo que necesitaba ayuda y la respuesta no se hizo esperar. El mensaje era algo extraño ya que su amigo acostumbraba a darle palabras de aliento o al menos enviarle una carita feliz, pero eso no le pudo importar menos porque después de todo, lo iba a ayudar y eso significaba que todavía eran buenos amigos.

Kyle SBF ☆

En mi casa, a las 4. No llegues tarde idiota!

Stan ya se encontraba frente a la puerta de la residencia Broflovsky justo como kyle le había indicado. Notó que en la puerta de la casa seguían estando las marcas inmortales de las garras del Coon, rompiendo con color madera toda la simetría de color banco. Nunca olvidaría esas tediosas peleas entre el castaño y su mejor amigo. Esos tiempos fueron geniales.

~ Toc - Toc ~

Tocó 2 veces. Esperó. La madre de su amigo, Sheila, abrió la puerta con el ceño fruncido pero al verlo cambio a una agradable sonrisa. Esa mujer daba miedo.

- ¡Oh! Hola, Stan. ¿Cómo estás?- dijo sin dejar de sonreír. El alegado respondió titubeante.

- Oh... H-Hola!...mmh...- aclaró su garganta - Esta kyle, señora Broflovsky?

- Claro, pasa! - Apenas shiela le abrió paso se dirigió directamente al cuarto de su amigo evitando cualquier otra pregunta de ella ya que aveces podía ser algo intensa.

Se detuvo en la puerta, indeciso unos segundos de si debía tocar o no, decidió no hacerlo y pasar, después de todo era como su segunda casa. Al verlo se arrepintió.

Hay cosas que uno cree que nunca verá o que no debería ver como, sus padres manteniendo relaciones sexuales, un cadáver o ver a alguien tenido relaciones con un cadáver. Okey, eso fue una analogía estupida y un intento patético de un chiste, el punto es que, nunca crees que eso alguna vez te va a pasar o que vas a tener que enfrentar esa situación. Pero ahí estaba Stan, petrificado en el marco la puerta viendo como dos personas que se habían jurado odio eterno, que nunca hubiera pensado encontrar en esta situación, 2 de sus 3 amigos de toda la vida estaban uniendo sus labios en una profunda sincronía que fue interrumpida por su llegada.
Kyle y Cartman estaban besándose y él no podía creerlo.
En el silencioso cuarto solo se pudo escuchar un "Oh.. carajo" de parte del más rellenito y eso bastó para poner en razón a Stan, que salió corriendo consternado por la escena que había presenciado, dejando a Kyle y Cartman sin palabras.


La garganta le ardía, su pecho subía y bajaba descontrolado buscando a bocanadas un poco de aire, sus pies estaban adoloridos pero el no paraba de correr a quien sabe donde. Se sentía perdido, confundido, decepcionado y muchas cosas más que no sabía como describir ...¡¿¡¿QUE MIERDA FUE ESO?!?! ...


Aunque nadie lo noto, estaba ahí, estaba en esa ventana, sonriendo ante su fechoría.
Escuchaba los pasos eufóricos de su novio _no oficial_ de un lado a otro.

-¿¡POR QUÉ TUVO QUE LLEGAR EN ESE MOMENTO!? - marcaba al peligro pero este no contestaba y sólo saltaba el buzón de voz.

Hace semanas que kyle estaba buscando las palabras para hablar de su relación amorosa con Eric a su mejor amigo y el destino lo jodió, los descubrió por su cuenta y eso era lo que mas le enfurecia.

Lo que Kyle no sabia era que el destino no tenía nada que ver. En esta ocasión " el destino" tenía pelo castaño, ojos heterocromaticos y sonrisa maliciosa.

Que sonreía por quitarles un peso de encima en segundo.

Que sonreía porque todo salió justo como lo planeó.

Sonreía porque él era el culpable.

Sonreía por que él mandó el mensaje.

¿¡ QUÉ MIERDA FUE ESO ?! - kymanWhere stories live. Discover now