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Pov (...)

Me encontraba sentada sobre una piedra al borde de una colina.

No es que hubiera mucha cosa cerca, tan solo un campo lleno de margaritas que me inspiran para dibujar por las tardes en verano.

Aquel lugar es uno de mis preferidos y suelo ir muy a menudo.

He visto todo tipo de personas, con perros, con hijos, ancianos amables o incluso en ocasiones pastores con un amplio rebaño de ovejas que pasan a mis costados.

Pero aquella vez fue diferente.

Ese día decidí ir temprano ya que el tiempo era favorable y no hacía mucho calor.

Me senté en aquella piedra como todos los días mientras pensaba que dibujar hasta que...

Vi que alguien se acercaba a gran velocidad por el camino y pensé que podría tratarse de un corredor, ya los había visto en más de una ocasión.

Pero no era eso aquello que empezó siendo un punto a lo lejos tomaba forma de persona rápidamente hasta que estuvo tan cerca que pude ver de quién se trataba.

Era Rin uno de mis compañeros de escuela, sin embargo había dejado de ir hace mucho y no lo había visto desde entonces.

Me levanté y agité la mano llamando su atención, pensé que tal vez podríamos charlar un rato.

Pero vi más puntos a lo lejos que se acercaron y tomaron de nuevo forma.

¡Le perseguían!

No soy experta pero no tenían buena pinta.

Bajé el brazo rápidamente y entonces Rin pareció verme.

Miró acia atrás y aceleró el paso.

Pasó a mi lado y giró bruscamente empujándome al borde del camino por el que pasaba un pequeño río.

Ambos caímos y el quedó encima mía para de seguido tapar mi boca con su mano.

-shhhh - hizo un gesto de silencio.

Mi vestido y su ropa estaban empapados mientras que una pequeña brisa de verano hacía que me estremeciese.

Su cabeza estaba girada acia el camino vijilando que los chicos que le perseguían pasaran de largo.

Cuando finalmente se fueron el se quitó rápidamente de encima.

-perdón - se disculpó.

-No pasa nada, lo entiendo.

El se puso de pie y extendió su mano acia mi para ayudarme a levantar.

-te acompañaré a casa. - Se ofreció.

-No hace falta - Le contesté levantándome por mi cuenta. - estoy bien - traté de aparentar.

Pero sin embargo al ponerme de pie mi tobillo falló y tropecé.

-No, no estás bien.

-si lo estoy - dije levantándome y cojeando acia el camino.

-¿seguro? - insistió siguiendome.

-si, gracias - Le repetí amable.

Recojí mis cosas de la roca y me dispuse a volver a casa cojeando.

El me siguió desde lejos y en silencio por un largo rato hasta que un viento pasó y empecé a tiritar.

-Estás de todo menos bien - Me dijo acercándose a mi y poniéndome su chaqueta sobre los hombros.

-gracias...

Se puso en frente mía y se agachó de espaldas a mi.

-sube-me ordenó.

-No hace falta, en serio que estoy bien-contesté.

-No hacepto un no por respuesta- Siguió.

-bueno...Está bien - cedí subiendome a su espalda.

Caminamos un largo trayecto hablando y riendo sin parar.

-¿De qué escuela eres? - preguntó.

-estaba en tu misma escuela.

-¿y cómo es que no eramos amigos desde antes? - Siguió - eres muy maja.

¿Maja?¿Yo?

-Ya bueno supongo... - Le respondí.

Finalmente llegamos a la puerta de mi casa.

-Es aquí. - Le avisé.

El me bajó de su espalda con cuidado.

-Gracias por traerme - Le dije.

-No hay de que, me habría sentado peor que hubieras venido sola. - Contestó el.

-Bueno yo me voy - dijo.

-Te olvidas la chaqueta.

-Quédatela, así tendré una excusa para volvernos a ver - Me contestó.

Tras eso salió corriendo y yo entré en mi casa.

Mis padres me preguntaron y yo les respondí con total sinceridad.

Mi madre empezó a fantasear mientras que mi padre se enfadó.

Pero no le dí importancia a nada de lo que dijeron, tan solo pensaba en Rin y en que nos volveríamos a ver.

[...]

A la mañana siguiente me vestí y desayune a toda prisa.

Ni siquiera cojí mis cosas de dibujo, tan solo la chaqueta de Rin y un par de sándwiches que preparé esa misma mañana.

Salí de casa, a pesar de que no podía correr por que me dolía el tobillo, fui rápido.

Llegué a la roca más tarde de lo habitual pero allí estaba Rin.

Me saludó desde lejos y yo hice lo mismo.

-traje tu chaqueta - Le dije entregándosela.

-Gracias - respondió con una sonrisa.

-También tengo sandwiches

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-También tengo sandwiches. - Los saqué de la bolsa y le entragué uno.

Ambos nos sentamos en aquella roca a hablar durante horas, y no sólo ese día sino todos los siguientes.

Está claro que aquel día dió comienzo algo muy especial.

Fin

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⏰ Last updated: Jun 07, 2021 ⏰

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