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Cherry

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Cherry

-Eres mala. ¡Yo quería ese fruto!- Su labio inferior sobresalió un poco, formando un pequeño puchero.

Tomaste una cereza del recipiente que se encontraba en la mesita, al frente del sillón  donde estaban sentados.

-¿Quieres uno, verdad Jiminnie?- Lo observaste suplicante porque asintiera, y así fue. Movió lentamente de arriba hacia abajo su cabeza.- Te lo daré entonces.

Llevaste el pequeño fruto a tu boca, saboreando su dulce sabor. Pasaste una de tus piernas al otro costado de su cuerpo, quedando a horcadas sobre él.

Tomaste sus mejillas y juntaste sus labios con los tuyos, pasando el fruto rojo a su boca al momento que él dio acceso a su cabidad bucal. Te separaste de su boca contorneado sus voluptuosos labios.

El pelirubio saboreó la cereza y esbozó una sonrisa al momento de tragar la fruta.

-Deliciosa.- Su miembro bucal se aseguró de relamer sus belfos una vez más, como ya lo habías hecho tú.

-¿No me darás un premio por ser buena niña?- Recibiste una mirada intensa, escaneando todo tu cuerpo, de su parte. -¿O tengo que alentarte a hacerlo?- Ladeaste tu cuello, fijando la vista en la piel expuesta de sus clavículas.

Estrellaste tus labios contra la parte libre de tela, dejando un recorrido de besos húmedos desde su cuello hasta el lóbulo de su oído, donde soltabas varios gruñidos.

Jimin te volteó contra el sillón, quedando arriba tuyo y a centímetros de tu rostro, dejándote escuchar su respiración errática.

Dejó un beso en la comisura de tus labios, para bajar hasta tu vientre bajo. Le brindó varias caricias al interior de tus muslos, al igual que lamidas y mordidas.

Colocó su mano en el elástico de tu short de pijama y se despojó de él rápidamente. Conectó miradas contigo cuando rozaba de manera calmada sus dígitos contra tu clítoris por arriba de la tela.

-Oh, sólo pruébame de una vez, cariño.- Suplicaste con la voz afectada, sintiendo palpitar tu feminidad y expulsar más flujos.

El chico arrancó de tu piel la fina tela de tus bragas negras de encaje. Arqueó su cuello, haciendo chocar su cálido aliento contra tu vagina. Le dio una lamida a tu clítoris, extrayendo parte de tus fluidos.

-Joder, qué sabrosa eres.

Volvió a dirigir su boca en tu feminidad, hundiendo su lengua en tu entrada, fóllandote con esta.

Te aferraste a los almohadones del sofá, apretándolos con fuerza, largando una que otra maldición.

Sentiste como el pelirubio dio una lamida desde tu entrada hasta tu clítoris y dejar un beso húmedo allí antes de levantar su cabeza.

-Tócate.- Más que una súplica, salió de sus labios brillosos, por tu líquido, como una orden.- Tócate para mí, tócate como si fuera yo quien lo hace.

Tragaste duro ante sus morbosas palabras. Soltaste el cojín y llevaste tus manos temblorosas, por el placer, a tus pechos erectos, los cuales apretujaste manteniendo la mirada fija de él en ti.

Llevó dos dedos a tu vagina y los hundió en tu entrada. Gemiste cuando sentiste el metal frío chocar contra tu cálido centro.

Jimin comenzó con un vaivén acelerado de mete y saca, mojando sus anillos. Relamió sus labios rojizos al ver tus manos llegando a tu vientre bajo y depositar dos dedos sobre tus labios mayores.

-¡Ah! ¡Mierda! J-jimin...

La yema de tus dedos se posó en tu hinchado clítoris, para masajearlo en círculos, quitándote varios gemidos.

El chico notó como tus paredes se ajustaban más a sus dedos, y aceleró las embestidas de sus dígitos.

-Vamos. Córrete, cariño.- Arqueó sus dedos, mientras te oía lloriquear por llegar al clímax. Moviste con algo de desesperación tus caderas, manchando sus dedos de tu esencia.

-¡Carajo! ¡Sí!

-Eso es, cariño.- Paseó sus dedos mojados hasta tus senos, donde esparció parte del líquido blanquecino para luego chuparlo, dejándose oír el ruido de sus lamidas y succiones por todo el living.

Tomaste su mano y terminaste por succionar parte de tus fluidos en sus dedos y anillos.















Me disculpo por los errores ortográficos

Jimin; Dirty ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora