Capítulo 1: Confusión

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holaaa, bien, esto es un borrador de la historia. Estaban disponibles si mal no recuerdo 9 capítulos, pero había decidido borrarla porque no me gustaba el camino que estaba tomando.
Ahora me tomaré el tiempo de arreglar cosas que tal vez no me gustan, desarrollaré mejor la trama, acomodare puntos, comas, guiones, etc. Está completamente a tu responsabilidad si quieres leerla sin la correción aún hecha.
Dicho esto, pueden seguir leyendo.
∆∆∆

El dolor de ser invisible ante los ojos de cualquiera es un sentimiento tan vivido, tan arraigado a mí, pensamientos que acompañan mi soledad y me siento imbécil, en verdad lo hago. Porque sé que mi dolor jamás se comparará con el de los demás, no entiendo que está mal en mí. En verdad, mi pecho quema al oír esas espantosas palabras resonar en mi cabeza, una y otra y otra vez, jamás para, jamás se cansa de torturarme.

«Entiende, eres una persona común. Una persona por la cual jamás valdrá la pena luchar, una la que no tiene muchas cualidades y millones de defectos.

Miles y miles de personas nacen por día, por semana, por año. Somos un océano de gente; todos tienen problemas, ¿y tú crees que eres especial por una mínima estupidez que está en tu cabeza? Reacciona, eres miserable.. una peste que vino a cagarse en nuestras vidas.»

No importa si es de día, de noche o de madrugada, ese malestar aparece y se lleva con él mis palabras, los razonamientos que creó tener, mi estabilidad desaparece en tan pocos segundos. Duele, joder, si que me duele pensar en esas palabras que me dijeron aquélla vez.

Desolado, la única palabra que podría describirme correctamente, me sentía sin rumbo, claro.

Decepción, otra bonita palabra que ya me había acostumbrado a oír de cualquier persona a mi alrededor.

¿Por qué? Es fácil en realidad, decepción, era la decepción de mi familia, era el ejemplo que tomaban algunos como la «persona que no debían o no querían llegar a ser.» Lo sé, triste, aburrido, llamativo. Hasta puedo llegar a decir que interesante.

Escribo, no, no para querer llamar la atención. No lo hago para luego querer mostrárselo a alguien el cual seguramente terminará decepcionándome y yéndose, sin avisar. Sin decir por qué ni dar explicaciones. Escribo porque me hace sentir bien, porqué nadie tiene posesión de mis palabras en el
momento en el cual lo hago.

ARIADNA RANIERI

Termino de leer esa hoja maltratada y con algunos rayones hechos en él. Sin nombre. Tonta Aria, claro que no estaría firmada. En verdad estaba completamente sorprendida. Anonadada aún por todo lo que expresaba esa hoja manchada y arrugada, seguí mi camino hasta llegar a mi aula.

Ya me había atrasado y en verdad no quería tener que ir a dirección por tercera vez en la semana. Entré sin más, agradeciendo que la profesora María (aunque no era la virgen María para ser exactos) Arpía, no había llegado.

Me senté en medio, no me gustaba sentarme atrás ni tampoco adelanté, así que siempre le decía a Jalen que me guardará un lugar. Mi mejor amigo, después de todo era el único en el cual podía confiar. No había llegado así que no me quedo más remedio que esperar a que llegará.

Me senté sin decir palabra alguna. Aún no podía formular ninguna palabra sin balbucear, tenía los ojos vidriosos, releía una y otra vez ese papel todo desecho y seguía sin entender quien había plasmado tan dolorosas pero hermosas palabras.

—Aria, estoy parado aquí desde hace 5 minutos y aún así no te diste cuenta. Me siento ignorado.—Levante la mirada y lo encontré. Jalen, con esa pizca de diversión en su cara.

Negué lentamente y le di una mis mejores caras.—Deja de ser tan dramático y siéntate.-Se sentó y a los segundos comenzó la aburrida clase de Sociología.

Estaba en segundo año de la carrera de psicología y en verdad estaba agobiada. De aquí para allá, de allá para acá. En verdad era complicado.
Tener 21 no era tan fácil, pensar que al llegar a esa edad ya tendrás tu propio departamento y la vida echa es algo completamente erróneo.

Desgraciadamente no era así, pero vivía con mis madres y siempre me apoyan en cada decisión que tomo. Igual que mi tonto hermano, Eliot.
Salí de mi trance al escuchar el sonido del timbre, tomé mis cosas saludando a Jalen y salí de ahí. Estaba agradecida porque era la última clase que tenía hoy.

Iba caminando bastante relajada, aunque mi cabeza estaba echa un desastre. Cosas de mi pasado se habían removido con esa carta y no estaba segura del por qué.
Iba pateando una roca y absorbida por mis pensamientos hasta que choqué con alguien.

—Lo siento, en serio. Solo soy yo y mi cabeza distraída.—Diría que no quede idiota, sería mentira. Era lindo, era algo mejor que lindo. Perfecto, criatura bien echa por todos los dioses que podrían existir.

Era un poco más alto que yo, tenía un arito en la oreja izquierda, no era musculoso pero tenía lo suyo. Supongo que rondaba los 21, 22. Sin tatuajes, pero bastante sexy si me lo preguntan. Cabello castaño y labios carnosos. Lo mire por unos segundos atontada.

Aclaró su garganta y me miró. Ninguna sonrisa se asomó por su tan atractivo rostro.—Supongo que a todos nos pasa.

Sonreí y me sentí aliviada. Al menos alguien me había comprendido.

—Tal vez esa linda cabeza tuya ande pensando en el desastre de aquella noche de septiembre 3. Dime Aria, ¿Aún piensas en ello? ¿Te cuesta dormir por las noches? Yo sé que sí..

Mi sonrisa se borró en una milésima de segundo, ¿de qué estaba hablando? ¿cómo sabía aquél chico lo que había pasado? y lo peor de todo, ¿cómo carajos sabía mi nombre? Me acerqué a aquél desconocido con ojos color café y sentía una sería necesidad de tocarlo. Mi ritmo cardíaco había aumentado de una forma tan repentina, no sabía por qué.

—Ariadna, ¿te encuentras bien?—.Gael, un extraño pero buen vecino. Su voz, se encontraba tan lejana, tan fuera de sí.
Me di vuelta para verlo mejor y cuando fui a comprobar si ese chico se encontraba ahí ya era tarde. No estaba. Sus palabras hacían eco en mi mente.

"¿Aún piensas en ello?...¿Te cuesta dormir por las noches?" ¿Quién era él? ¿por qué me dolía tanto la cabeza? ¿por qué sentía que me iba a desmayar?

Miro a Gael un poco asustada y lo único que pude pronunciar fue un bajo y doloroso: "Ayuda.."

El Dolor de Sentir [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora