CAPÍTULO 6

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Afrodita.

A la mañana siguiente fui testigo de cómo la servidumbre se percataba que cargaba con el apellido Atlass. Todo se encontraba en perfecto estado, la ropa que iba a usar para la universidad ya estaba lista sobre la esquina de mi cama.

No tardé mucho en levantarme de la cama, a pesar de que me encontraba sola en ella. Hades tenía un horario demasiado diferente al mío. Por lo que nunca compartimos un despertar juntos.

Mientras me dedicaba a prepararme para la universidad, mi mente se encargaba de auto torturarme de la manera más maleva que podía encontrar. Mis inseguridades respecto a la relación que mantenía con Hades no hacían más que crecer.

Al sentirme preparada, bajé las escaleras de la mansión para luego encontrarme en la sala principal con casi toda la familia Atlass. No sé trataba de una gran multitud, solo eran cuatro personas contando a Hades. Dos de ellos ya habían tenido una impresión de lo que era, pero el tercero era un joven para nada amigable, su mirada se encargaba de comunicárselo al mundo.

Un joven de algunos años menor que yo, cabello oscuro como sus hermanos, ojos verdes avellanas que no hacían más que fijarse en todo lo que me respectaba.

—Me alegra que ya hayas comenzado tu día — comentó Hades sonriéndome con cierta falsedad.

Yo sabía que en su interior lo único que quería que yo hiciera es cohabitar con su familia, ya que no era bien visto que haya pleitos entre nosotros. Fingí una sonrisa, la más forzada que he hecho en mi vida, para luego dar pasos determinados hacia ellos.

—Creo que ya todos conocen a Afrodita — dice Hades tomando mi mano con fuerza —Ella es mi pareja y formará parte de esta familia de ahora en adelante.

—Un gusto conocerlos a todos juntos — sonrió nerviosa mientras mis manos tiemblan.

—Disfruta de los lujos que te pueda dar mi hermano hasta que se aburra de ti — expone el más joven con desprecio —Las utilizas y las tira como ropa sucia.

—Zeus — exclamó su madre regañándolo.

Respire hondo intentando ser lo menos hiriente posible con el joven, pero sabía que si habría mi bocotá terminaría peleando con Hades y era lo que menos deseaba.

—Gracias por tu consejo, lo tendré en cuenta — conteste con una sonrisa más que falsa en mi rostro.

De a poco todos los integrantes Atlass fueron dejando en salón principal. El ambiente se tranquilizó, pero la mirada fija de Hades no hacía más que ponerme nerviosa.

—¿Dije o hice algo mal? — pregunté mirándolo fijamente.

—¿Por qué piensas eso? — cuestiono tomando mis manos con delicadeza.

—Al parecer eres el único que disfruta de mi presencia en esta mansión — expuse cansada.

—¿Y aquello no le basta jovencita? — interrogo besando mis manos con mucha ternura.

—Es tan lindo recibir su atención que tengo miedo de acostumbrarme a ella, señor.

—Acostúmbrese, señorita, me encanta llenarla de mi atención. Usted y solo usted se merece mi absoluta devoción.

—Hades.

—Afrodita.

—Siento que no estoy haciendo las cosas bien — comente con un hilo de voz.

—¿A qué te refieres?

—Lo nuestro o lo que estemos intentando no está bien.

Hades se aleja de mí tras oír mis palabras, su rostro refleja cierta confusión y decepción hacia mí, no lo puedo culpar.

Mi Querido Hades #1 ©Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora