1: Visita Desagradable

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Si había una familia despreciada en el Mundo Mágico, sin duda era la familia Malfoy. Desde aquella feroz batalla que se libró hace ya diecinueve años en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, el estatus que los Malfoy se habían esforzado tanto por obtener quedó sepultado, y la familia se ganó el repudio de los magos y brujas.

Pero estos, lógicamente, tenían sus razones.

Lucius Malfoy había sido uno de los más fieles seguidores de Lord Voldemort durante la época de la Primera y Segunda Guerra Mágica. Su esposa, Narcisa Malfoy, no había sido nunca una mortífaga, pero le tocaba cargar con los insultos hacia su marido desde aquellos días. Lo peor, moralmente hablando, era que ni Lucius ni Narcisa se arrepentían en lo absoluto de todo el mal que causaron Lord Voldemort y sus mortífagos: muertes, familias separadas, horror... A los Malfoy no les importaba en lo más mínimo. Lo único que a Lucius Malfoy le importaba era proteger a su propia familia, y tal vez fue ese el motivo por el cual, al ver superados a los mortífagos durante la Batalla de Hogwarts, decidió desertar de sus filas y escapar del lugar antes de que la justicia cayera sobre ellos.

Solamente uno de los integrantes de la familia Malfoy había expresado, con total honestidad, su arrepentimiento y tristeza luego de terminada la Segunda Guerra: Draco Malfoy. El único hijo de Lucius y Narcisa contaba con diecisiete años al momento de la batalla y, aunque podría parecer una edad bastante corta, cabe destacar que en aquél tiempo Draco Malfoy, ya sea por elección propia o porque su padre lo alentó, era un mortífago. No importaba cuantas veces asegurara Draco que su pasado como mortífago era algo de lo que él deseaba redimirse, sus compañeros de trabajo y la sociedad mágica en general lo consideraban una escoria. Todos lo consideraban una escoria.

Todos, a excepción de Harry Potter.

La relación entre Draco Malfoy y Harry Potter nunca fue la mejor, ni mucho menos. A decir verdad, durante sus años de estudiantes se odiaban a muerte. Cada vez que se cruzaban en los pasillos, con seguridad iniciarían una discusión. Esta rivalidad se veía incrementada al pertenecer ambos al equipo de Quidditch de su respectiva casa, por lo cual todos los años debían enfrentarse en el campo. Y más tarde, cuando Harry Potter se convirtió en "El Elegido" y Draco se unió a los mortífagos, esa rivalidad escolar pasó a ser un asunto mucho más serio.

Sin embargo, luego de la guerra, Harry Potter hizo algo que cambió todo para siempre. Los Malfoy sabían que el nuevo Ministro de Magia no tendría piedad con ellos, y ya estaban mentalmente preparados para su encierro en la Prisión de Azkaban. El día de su juicio, parecía que todo estaba perdido. Pero entonces, apareció él. Harry Potter irrumpió en la sala del tribunal y, sin llegar a pedir la palabra, comenzó a abogar a favor de los Malfoy. Lucius y Narcisa no entendían por qué había decidido apoyarlos, y a pesar de que el señor Malfoy seguía pensando que Potter era una escoria, no le quedó de otra que darle las gracias. Era Draco el único que entendió lo que sucedía.

Los años pasaron, ambos se convirtieron en hombres y formaron sus propias familias. Sabía que los Potter tenían dos niños y una pequeña hija; a quienes a menudo se les veía en eventos públicos.

Por su parte, Draco Malfoy se había casado con Astoria Greengrass, y juntos tuvieron un hijo al cual nombraron Scorpius Malfoy. Para Draco, su hijo era el tesoro más valioso que poseía. Y así, la familia Malfoy trataba de vivir con el conocimiento de que todos los odiaban, pasando sus días en la Mansión Malfoy.

Pero alguien escondía un secreto. Un secreto que pronto traería problemas a más de uno.

Era casi medianoche, y fuertes lluvias azotaban gran parte del Reino Unido. En su sillón, frente a la chimenea, se encontraba el anciano Lucius Malfoy. El señor Malfoy miraba las llamas, mientras su mente divagaba por la carta que había recibido aquella mañana.

-Es imposible- decía para sí mismo –Esto es imposible.-

Se levantó, caminó en círculos unos momentos y, de la pequeña mesita frente al sofá, tomó una vez más la carta. Ya la había leído una docena de veces, y aún así, seguía intentando encontrar una pista que indicara cómo se llevaría a cabo toda esa locura. No la encontró. Finalmente la dejó donde estaba y, al escuchar un leve sonido en la chimenea, se acercó intrigado.

-¡Eh, Lucius!-

-Crono, cuánto tiempo ha pasado- respondió Malfoy en un susurro.

-Desde la última vez que te encerraron en esa porquería de Azkaban- dijo el sujeto, Crono, desde la chimenea –No todos tenemos la suerte de contar con la compasión del niño Potter.-

-Ese niño Potter tiene casi cuarenta años- respondió Lucius, con un tono irónico –Y no se compadeció de mí, sino de Draco...-

-Ahórrate esas explicaciones- pidió Crono –Se habla muy mal de ti en Azkaban, Lucius. Muy mal.-

-No sería la primera vez que alguien habla mal de mí.- comentó Lucius -¿Cuál es el motivo?-

-Tu acto de cobardía durante la Batalla de Hogwarts fue completamente patético- explicó Crono –Si alguien merecía pudrirse en una celda, eras tú, Lucius.-

-Disculpa, ¿Dónde estabas tú durante la Batalla de Hogwarts?- preguntó Lucius –Ya recuerdo... No has salido de Azkaban desde la noche en que El Señor Tenebroso perdió su poder frente a Potter cuando solo era un bebé.-

-¡Inaudito!- exclamó Crono -¿Cómo un bebé sin ningún poder mágico extraordinario pudo vencer al hechicero más poderoso del mundo?-

-Y lo volvió a vencer- soltó Lucius –El Señor Tenebroso está muerto desde hace diecinueve años, así que espero que me expliques a qué demonios te referías en la carta que me enviaste.-

-El Señor Tenebroso está muerto, eso lo sé- concedió Crono –Pero, ¿Me creerías si te digo que hay una forma de traerlo de vuelta de entre los muertos?-

Lucius dio un paso atrás, cruzando los brazos.

-No hay magia capaz de hacer eso- recordó –Los más grandes lo han intentado y han fallado.-

-Pero nadie había estado tan cerca como El Señor Tenebroso- contestó Crono –Debes escucharme, él ideó una forma de regresar desde el más allá.-

-Suponiendo que te creo- empezó Lucius -¿Por qué has llamado a mi chimenea a estas horas de la noche para decírmelo?-

-Te estoy dando la oportunidad de ayudarme- informó Crono –Y limpiar tu reputación entre nuestros colegas.-

Lucius lo pensó unos segundos.

-No lo haré.- fue su respuesta.

-¿Cómo que no lo harás?- preguntó Crono, molesto.

-No me interesa lo que digan de mí en Azkaban- explicó Lucius –Soy un hombre libre, y no arruinaré el tiempo de vida que me queda en la cárcel. No pienso ayudarte. Es cuestión de tiempo para que los aurores te encuentren y te lleven de nuevo a tu celda.-

-En ese caso...- dijo Crono, extendiendo los brazos para salir por la chimenea y plantarse de pie frente a su antiguo compañero –No me queda elección. Es una pena tener que hacer esto.-

-¿Qué?-

AVADA KEDAVRA!- exclamó Crono –No te imaginas cuánto me duele hacer esto, pero el mundo necesita un cambio, y si no eres parte del cambio, entonces te vuelves una amenaza.-

Dicho esto, Crono salió a toda prisa de la mansión, dejando atrás el cuerpo sin vida de Lucius Malfoy.

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[FECHA DE PUBLICACION ORIGINAL: Diciembre 10, 2014]

¡Hey! Muy buenas a todos y gracias por leer este primer capítulo de lo que espero que sea un GRAN, GRAN proyecto como lo es hacer 7 partes de una historia fan-fiction. Los fanáticos de Harry Potter, por favor comenten y voten... Si les gusta diganlo en un comentario, y si tienen alguna idea comentenla también y la tendré en cuenta para desarrollar esta historia que practicamente empiezo desde cero.

GRACIAS

J. E. Javith

Albus Potter y el Hechizo de la ResurrecciónWhere stories live. Discover now