Cocoa la Chica de Espinas [Twisted Wonderland]

1. Ataúdes

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Mientras los carruajes dirigidos por caballos negros, galopan en la noche con tenue luz de la luna, cargando su equipaje, cada paso los acercaba a ese destino final, una puerta de barrotes de frío hierro se abre dejando pasar cada uno de los caballos los cuales no sabría contarse, el contenido de cada carruaje era un misterio.

<<  ¿Qué es lo que llevan dentro?   >>

Pasando por una entrada cada ataúd con magia era movido por un hombre de oscura ropa con detalles azules y dorados, quien en su cara una máscara de cuervo lleva ocultado sus ojos, dirige cada uno de esos objetos a un salón, poco a poco cada uno se abría y de ellos salían personas, de diferentes aspectos, no son nada más que alumnos de nuevo ingreso a la escuela Night Raven Collage, la gran escuela de magia de Twisted Wonderland, cada alumno parecía ya saber a qué venía, pero un último ataúd no se había abierto aún, en ese último ataúd se encontraba una joven que empezaba a despertar de lo que creía su descanso, abrió sus ojos pero por la oscuridad el miedo la invadió

<<   ¿Sigo soñando?   >>

La joven quería moverse trato de alzar su mano topando se con el reducido espacio, extrañada empezó a tocar todo su alrededor dándose cuenta que estaba en un lugar muy cerrado empezando a alterarse y golpeando con sus puños para abrir el ataúd que desconocía, pidiendo auxilio y agitando su respiración.

—¡ABRA ME! ¡!POR FAVOR!! SAQUE ME DE AQUI.
—[ Por favor, le pido que se calme, enseguida abriré su ataúd ]—Contesto una voz de afuera. Por la luz, la joven cerró por un momento sus ojos, que entraba más y más al abrirse aquel ataúd, no supo qué decir, todo era tan extraño, ella solo en un momento estaba en casa dormida en su habitación, y ahora simplemente estaba en otro sitio desconocido— Ya puede salir señorita, disculpe que haya olvidado su ataúd, es mejor que de prepare rápido para la ceremonia.
—¿Ceremonia? —la chica salió enseguida del ataúd tratando de ver en qué lugar estaba, mirando que había muchos más ataúdes abiertos—. ¿En que clase de lugar es estoy? ¡¡No recuerdo morir!!
—¡Oh hohoho! No es nada de eso, usted sigue viva, ¡pero ya no hay tiempo! Valla a prepararse pronto que debe llegar a tiempo a la ceremonia del espejo —extendio sus alas brazos presentándose— ¡Es el momento de que los alumnos de nuevo ingresos conozcan sus destinos!.