🍁Parte única🍁

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Habían pasado semanas desde la última vez que habían visto luz salir de esos ojos. Katsuki últimamente sólo se sentaba en el sofá de la sala con los demás por acompañar, no hablaba, no miraba a nadie, sólo se quedaba viendo hacia un punto específico en el piso o la pared pensando, hasta que realmente ya no cabía más en su cabeza y huía a su habitación con la mirada en el suelo.

Él ya no era quien solía ser, ya no era el mismo desde hace un tiempo. Estaba lleno de ojeras, con el cabello más despeinado, sus calificaciones iban de mal en peor al punto de ir reprobando casi todas las materias porque no podía concentrarse, estaba completamente ausente todo el tiempo. Ya ni siquiera gritaba, ya no lastimaba a nadie. Lo que antes era su afición, ósea hacer de todo para ser el mejor, ahora ya no era ni un pasatiempo. No quería comer, no podía dormir, no hablaba con nadie porque no podía pensar, sus manos temblaban y sus ojos se llenaban de lágrimas cada cierto tiempo.

En ese momento era específicamente eso último lo que pasaba, así que como siempre huyó de la sala a su cuarto, sin cenar obviamente, no tenía cabeza para eso. No tenía cabeza para nada.

Todos estaban algo preocupados por él ya que nunca vieron un cambio tan brusco en su comportamiento como ese, pero realmente no le preguntaban sin saber que era lo que más querías que hicieran.

Él creía que la mejor solución era irse cuando quería llorar y esconderse para hacerlo. Si lloraba frente a ellos le preguntarían de una vez qué pasaba, pero siendo honesto, qué les diría? Ni siquiera sabía explicar lo que sentía. Era todo tan raro.

Tenía un vacío constante, tenía náuseas, estaba mareado, por el día moría de sueño y por la noche el insomnio se lo comía vivo, se sentía solo a pesar de estar rodeado de todos ellos, pero su mente quedaba en blanco al preguntarse a sí mismo qué les diría realmente. Quería decirles que no podía más, que realmente ya no podía soportarlo, que no quería seguir, pero no sabía cómo.

–Bro? Ya te vas?– Preguntó con las cejas bajas en una expresión de entre curiosidad y preocupación Kirishima.

Kirishima era su mejor amigo, él era increíblemente amable y bueno, era tan bueno, que a veces Katsuki se preguntaba si era un ángel.

Tenía un crush en él desde hace tiempo pero realmente no sabía cómo decírselo, así que no lo hacía. Además, él no se merecía alguien así, él no se merecía nada, él sólo lo lastimaría.

Eijiro estaba preocupado por su amigo, fue el primero que notó lo que pasaba y estaba enserio preocupado por la salud de Katsuki mientras que todos los demás a pesar de pensar que estaba raro creían que era cuestión de tiempo que se le pasara.

–Ah? Si, es que tengo sueño. Quiero darme una ducha ahora para y no dormirme muy tarde– Bakugou respondió casi en un susurro para que no se notara tanto lo quebrada que estaba su voz y el sonido ahogado del nudo en su garganta. Katsuki no iba a dormir, él iba a llorar por horas hasta por fin agarrar valor para lo que planeaba hacer.

A pesar de saber bien eso, intentaba sonar masculino y algo arrogante como antes, quería dejar de molestarlos, no se merecía que se preocuparan por él. Su ángel no merecía cargar con su peso.–Buenas noches bastardos– y con esa frase, se encaminó rápido a su habitación sin mirar atrás, dejando a todos con una expresión confundida.
Pero no andaba sin ver atrás porque si, lo hacía porque las lágrimas salieron de sus ojos en cuanto habló y no quería que las vieran. Realmente tenía miedo de darles más problemas, así que guardaba para si sus lágrimas.

Después de estar una hora o dos en su habitación y de haber calmado un poco su llanto, notó que era algo pronto. 10:30, para ser exactos. No iba a poder dormir esa vez pero quería poder estar lo mas relajado posible.

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⏰ Última actualización: May 05, 2020 ⏰

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