juegos de amor

285 16 20
                                    

26 de junio.

Introduzco mi mano en la bolsa de mi abrigo y tiento el papel de la invitación para una recepción del cumpleaños de la sacerdotisa Chizuru. Suspiro con apatía. Todos los participantes del King of Fighters nos reuniremos en un lujoso hotel de algún lugar de Japón, es un fastidio el verle la cara de idiotas a esos tipejos y esas mujeres. Realmente, no tengo deseo de asistir a dicho evento, todos son remisos, ninguno de esos sujetos vale la pena, solo estoy aquí por cortesía hacia la sacerdotisa quien merece un poco de mi atención, en el momento que me encuentre con Kagura, la saludare, diré unas palabras de consideración y me marcho, absurdo estar aquí escuchando los parloteos de cacatúas.

¿Por ti?, hmm, sería una buena opción, pero ahora, eso es irrelevante, no necesito encontrarte en este sitio, basta con llamarte, y te tendré de la forma que a mí me plazca. Aunque pensándolo mejor, quizá quieras montar un espectáculo delante de todos estos perdedores ¿quieres mostrar tu faceta más oscura? lo prohibido suele ser más divertido, y tú lo disfrutas demasiado...

¿Miento?, ja, ¿porque mentiría? Lo de tu faceta oscura es verdadero, pero tampoco me agradaría que alguien más aparte de mi viera más allá de lo que se puede ver. De que me buscarías si yo no lo hago... sabes que es verdad, si yo no estoy dispuesto, tu vendrás a mí, ese es el juego, así comenzó este extraño amor...

Desciendo del taxi, avanzo hacia la entrada principal, las recepcionistas féminas me miran descaradamente, no es algo que me importe, paso de largo ignorando sus miradas coquetas. Abordo el ascensor y pulso el último piso, sólo espero algunos minutos; al llegar, me doy cuenta que varios de los participantes ya se encuentran ahí, todos lucen entusiasmados, supongo que es por la reunión de casi todos los participantes del torneo. No puedo decir que todos los luchadores están aquí; obviamente no todos pueden ser reunidos, yo debería ser de esos renegados. Sin embargo, aquí estoy, listo para sumergirme en la multitud alborozada y simpática; bah, que superficiales, todos estos sujetos, solo se dejan llevar por las apariencias, y otros, solo lo hacen para exhibirse, demasiado mundanos...

¿Irritado?, claro que me irritan este tipo de personas, de cierta manera, nunca los soporte en los torneos, y verlos aquí, luciendo caras de imbéciles, provocan en mí sentimientos de disgusto. Al menos la presencia de alguien puede cambiar las cosas. Provocar un problema a Kagura no es mi intención y no tengo el ánimo para hacer estragos, pero tú puedes desbordar la adrenalina, ya sea para pelear, o para...

¿Loco?, siempre me has clasificado de esa forma, así que no me molesta que aún me llames loco, tú me creaste de esta forma, debes estar orgulloso de que este loco este detrás de ti. Esto te satisface, lo sé, te conozco, quien iba a decir que también tendrías fetiches algo retorcidos.

Al llegar al centro del gran salón las miradas de los demás se posan sobre mí, miradas de recelo y una que otra descortés, es como si miraran a un demente; como si eso fuera importante para mí, su presencia es tan insignificante como su supuesta fuerza. La mujer con sangre de Orochi tuvo la osadía de cruzar su mirada con la mía, no era de extrañar ya que ella es igual a mí, esta marcada como maldita; pero ella por ser compañera de esos soldados tenía el privilegio, o la desdicha de ser arrastrada al grupo los demás; la compadezco porque estoy seguro que ella prefiere pasar desapercibida, refugiarse en una esquina como lo hago yo. Su pelo azul en esta ocasión este suelto y el vestido le da un gusto peculiar, de ese cambio probablemente la responsable es la mujer de atributos exuberantes. Esa mujer me irrita. Pero debo decir que Shiranui hizo un buen descubrimiento al mostrar una faceta diferente de Leona.

¿Interesado? A qué viene eso, es gracioso que muestres celos de una mujer, tú también tienes una contigo. No te miento que ella había llegado a agradarme, pero después me di cuenta que no era lo que yo necesitaba, lo único que compartimos, es el lazo de la sangre de Orochi, solo eso... así que por ahora no debes preocuparte.

juegos de amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora