One Shot

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ETÉREO≥

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—¿Kirishima? —Escucha un eco lejano. Su cabeza retumba sobre su propio cráneo, el zumbido de sus oídos le impide llegar a distinguir más que simples murmullos y ecos incoherentes.

Sus ojos se abren con dificultad, su cuello hace un esfuerzo sobrehumano para poder levantarse, sus articulaciones chillan en una confusa agonía. Su nublada vista se aclara de a poco, distinguiendo los matices de su alrededor. Es raro. Comúnmente las montañas son más verdes en esa época del año, el aroma alrededor también es distinto, posiblemente solo esté demasiado aturdido para que sus sentidos estén al 100%.

—¿Eh? —Su garganta está seca, apenas y sale plano murmullo. Parpadea dos veces antes de que sienta un golpe en su nuca, un objeto contundente, pero no es lo suficientemente fuerte para dañarlo. No entiende qué está pasando.

—¿En qué carajo estás pensando, Cabello de mierda? Te has pasado la mitad de la clase durmiendo, tómate las putas clases en serio, luego no me pidas ayuda con tus malditos deberes —Deja hacer el esfuerzo de distinguir las palabras. Esa voz irritada, es imposible no saber a quién pertenece, pero, no puede ser.

—¡¿Bakugou?! —Se levanta de golpe, al parecer estaba sentado en algún lugar, cuando es más consciente de su propio tacto, duda que sea roble o alguna otra madera. Su acción es lo suficientemente repentina para marearse a sí mismo. Da un mal paso y aterriza en el hombro de quién tiene enfrente.

Su cuerpo se siente raro, todo es tan confuso.

—¿Qué coño pasa contigo hoy? —aquella persona le toma por los hombros, sin brusquedad, pese a lo que establece su tono de voz, es una personalidad que conoce muy bien.

—¿Estás bien, Kirishima? —otra voz, ésta vez le cuesta más reconocerla, pero no se esfuerza en buscar en sus turbias memorias.

—Viejo, ¿No has dormido bien?

Y es entonces cuando sus sentidos vuelven a sus respectivos lugares. Realmente no sabe dónde está, el lugar es totalmente diferente a lo que se esperaba, y difícil de describir. Es una habitación cerrada, con paredes firmes pese a no ser de piedra labrada, con una puerta enorme que tiene un color raro, hay varias mesas y sillas en orden, ¿Qué es eso que ilumina en el techo? No se asemejan para nada a ninguna vela que haya visto, ni siquiera en el palacio del reino humano.

—¿El golpe de ayer te ha descolocado el cerebro o qué carajos te pasa? —Él otra vez.

Kirishima se toma la molestia de respirar de nuevo, no sabía hace cuánto estaba conteniendo el aliento. Mira a quien tiene enfrente y abre los ojos de la impresión, no pensó poder verle tan pronto, sano y salvo.

Siente emoción de verle de nuevo brotando en su pecho, sin pensarlo le rodea con fuerza, en un sorpresivo abrazo.

—¡Bakugou!

—¡¿Qué demonios?!

Puede sentir como el rubio se remueve en sus brazos en un afán de que lo suelte. A Bakugou no le gusta mucho el contacto físico, o al menos no siempre, pero después de lo ocurrido Kirishima estaba seguro de que estaría feliz de verlo también, no obstante, su instinto le advierte del peligro. Rápidamente da un paso atrás y usa su brazo como escudo del golpe que le acompaña, una explosión conjunta a él también, ¿Por qué Bakugou usaría el poder de su gema contra él? Nada de esto tiene sentido.

Que raro. No ve su gema donde comúnmente la usa. Además de que...

—¿Por qué estás usando una ropa tan rara?

Etéreo (KiriBaku)Where stories live. Discover now