Capitulo 2: Algo imprevisto.

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Al día siguiente, Joe, se encuentra a la misma hora de siempre. Hizo exactamente lo mismo de todos los días y de la misma forma. Ducharse lo primero, bajar a desayunar su vaso de leche y su manzana, subir a lavar los dientes, y vestirse para emprender camino a la escuela.

No notó nada raro en toda la mañana. Su padre leía el periódico del día, murmurando cosas obscenas a cada noticia que tuvo éxito y su madre acababa de prepararse para ir al trabajo, a las afueras del pueblo.

Vio a la misma gente camino de la escuela. El panadero repartiendo el pan por las casas, a la mujer de su profesor, que siempre le saludaba con una sonrisa mientras le daba cuatro caramelos ... (cierto es, que esto era lo que desde que tenía 7 años), a la monitora del gimnasio del pueblo corriendo con su perro salchicha, el cual, ya sé le tenía ganas de que acabara el maldito paseo ... "todo sigue igual, Mick ayer tuvo un mal día y punto ... no hay que obsesionarse con este tema". Y de repente ... mientras caminaba por la orilla del río, o un viento frío, gélido, comenzó a soplar sin compasión.

—Pero ... si en Bibury nunca ha hecho este viento ... bueno, estará nevando en la montaña y arrastrará corrientes frías ... - se verá Joe.

Mientras llegaba a la escuela tiritando, notó algo extraño. Nadie le dio los buenos días de forma efusiva.

—Qué extraño... ¿dónde estará Mick? — se preguntaba receloso Joe.

Le buscó por todos los pasillos de la escuela, el gimnasio, la cafetería... pero Mick no aparecía.

—¿Sally, has visto hoy a Mick en la escuela? — le preguntó Joe al acabar la última clase.

—Pues la verdad es que no... qué raro, nunca se ha puesto malo desde que le conozco. —respondió ésta extrañada.

Mientras salían de la escuela, se encontraron de bruces con la directora del centro.

—Sra. directora, perdone que le moleste, ¿sabe si Mick se encuentra mal?— se apresuró a preguntar la joven.

—Oh, por favor Sally, llamarme Rose, ¡sabéis de sobra que no me gusta que me tratéis con tanta formalidad! Y no, realmente no he tenido noticias de Mick, en toda la mañana...De hecho me he acercado hasta su casa, que como sabéis se encuentra justo detrás de la escuela, y nadie me ha contestado...— dijo la directora pensativa.

Mientras Rose, se dirigía a su despacho, Joe le susurró a Sally

— Todo esto es muy extraño, en diez minutos te espero en la salida de atrás del comedor, tengo algo que contarte sobre ayer... y podemos acercarnos a la casa de Mick, si está mal igual necesita ayuda.

—Vale, te espero fuera— dijo Sally emocionada.

Tras esta conversación, ambos se apresuraron a la salida mencionada. Después de observar que no les seguía nadie, Joe le contó entre susurros la historia del día anterior con Mick.

—Oh, Joe, que historia tan extraña... a la vez que interesante... menos mal que nadie nos está escuchando...— contestó pensativa.

Mientras acababa de decir esa frase, Joe observó que alguien estaba vigilándolos en silencio.

—¡Sally! Es la directora Rose, pero desde allí arriba dudo que oiga nada de esto... La verdad que es una mujer que siempre se preocupa por sus alumnos, aunque de aspecto parezca una persona seria y pasota, ya que permanece la mayoría del tiempo aislada en su despacho. — dijo Joe, mientras miraba hacia la ventana.

—¿Crees que deberíamos contárselo a la directora? Quizás sepa algo... —susurró Sally.

—¡No! Cuanta menos gente sepa de esto, mejor... ¿Vamos a casa de Mick?

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⏰ Última actualización: May 31, 2020 ⏰

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El Medallón del Misterio (Capítulo 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora