Arte

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El chico de pelo ceniza observaba el gran edificio que tenía delante de sus ojos

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El chico de pelo ceniza observaba el gran edificio que tenía delante de sus ojos. Parecía un museo de arte de esos internacionales, tampoco se había informado mucho del tema. Tan solo había aceptado su invitación para hacerle un favor a la morena.

—Bakugou.

Los ojos rojizos del rubio se desviaron hacia una chica morena. Esta iba vestida con un vestido verde pastel y su cabello usualmente recogido se encontraba suelto, cayendo por su espalda. Bakugou no pudo evitar mirarla con una diminuta e inconsciente sonrisa. Aquella chica era muy bella para él, aunque nunca lo admitiría.

—Yaoyorozu.

—¿Te he hecho esperar mucho? He tenido unos problemas para venir, no encontraba aparcamiento.

Momo le dedicó una sonrisa algo avergonzada, no le gustaba llegar tarde y mucho menos si ella había propuesto el encuentro.

—No pasa nada, aunque más te vale que aún nos dejen entrar porque si no pagarás mi entrada también.

Katsuki se cruzó de brazos con el ceño fruncido, en realidad le importaba menos de un uno por cierto lo que le hubiera costado la entrada, pero todo sea por no parecer vulnerable delante de la chica.

—Claro, no hay problema. De todas formas he sugerido yo venir así que podría pagarte la entrada de todas formas.

Yaoyorozu comenzó a caminar con el chico a su lado hacia la entrada de aquel enorme lugar.

—Guárdate tu dinero para otra ocasión, cola de caballo.

No iba a permitir que ella pagase su entrada de ninguna manera.

—Está bien.

El rubio observó su rostro, parecía emocionada por ir a aquel lugar. Él desvió la mirada sin evitar sonreír de nuevo. Odiaba sonreír, pero con aquella chica era completamente imposible no hacerlo.

—¿Qué se supone que vamos a ver?

Ambos entregaron su entrada al vigilante y cruzaron por un gran arco encontrándose con varias salas llenas de cuadros y esculturas.

—Arte.

—¿Qué tiene de divertido el arte?

Sinceramente ni él mismo sabía por qué había aceptado. No le gustaba el arte, lo veía absurdo.

—Es mágico. Por ejemplo, este cuadro—la morena cogió la mano del chico dirigiéndole hacia un cuadro, parecían unas simples nubes—¿Parecen unas simples nubes, verdad?—Bakugou asintió sin entender absolutamente nada—Pero si te acercas puedes ver que no lo son, son los pensamientos de una persona y esas gotas de agua son las palabras.

El rubio llegó a pensar que aquella chica se había tomado alguna sustancia tóxica antes de entrar, no entendía cómo podía ver todo eso en unas absurdas nubes.

Arte | BakuMomoWhere stories live. Discover now