La Tolerancia de un Sueño

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En una hermosa y fresca mañana de primavera, el sol comenzaba a brillar dejando entrar sus rayos a través de las ventanas en villa Pismo. Esta gran comunidad se instauró poco después de la gran guerra, en las ramas de un gran árbol. Que poco a poco se fue expandiendo por la zona, estableciéndose como la primera ciudad en encargarse del servicio postal en todo el condado central, las cartas y paquetes que llegan a este lugar eran llevadas por las palomas mensajeras, por lo que formar parte del servicio postal era de suma importancia para esta región y muchas de las jóvenes palomas aspiran a formar parte del cuerpo de mensajeros, no solo por el reconocimiento que alcanzaban al ser parte del escuadrón, sino porque también se les permitían viajar grandes distancias libremente, sin necesidad de salvo conductos o permisos especiales para poder cruzar las fronteras con otras regiones, que aun estaban afectadas, tras haber terminado la guerra.

Y es en esta villa donde comienza nuestra historia, con una joven madre halcón que acaba de arribar a esta gran ciudad, ella lleva consigo pequeño huevo a su espalda y una gran maleta bajo su ala derecha, se detiene por un momento a observar el enorme y frondoso árbol que se yergue ante sus ojos, y con una mirada llena de ilusión decide que es buen lugar para vivir, un lugar al cual podrá llamar hogar, dejando atrás de todo el males que la guerra a causo.

A los pocos días de haber llegado a la ciudad, el huevo que llevaba consigo a comenzado a romperse, ella, se acerca felizmente pues al fin vera nacer a su bebé, lentamente el cascaron se rompe dejando ver el rostro de un hermoso halcón, cuando al fin se ha roto todo el cascaron, ella se acerca a él y con mucho mimo lo limpia, y lo toma entre sus brazos.

-Con una voz muy suave le susurra-, Hola mi pequeño William. –y con lágrimas en los ojos lo besa y abraza dándole la bienvenida a este nuevo mundo, pues el amor de una madre hacia su hijo es el más grande que pueda haber en el mundo.

Y así como las primaveras derriten el hielo que el invierno dejo, el pequeño William creció hasta cumplir la edad suficiente para ir a la escuela. Los profesores de esta, no tuvieron ningún problema en aceptar a un ave diferente, como lo era él, y en el primer día que asistió a clase, todos recibieron halcón, tal y como el profesor lo indicaba, (mas sin embargo las miradas de extrañeza no tardaron en hacerse notar en las caras de sus compañeros).

Conforme los días pasaban sus compañeros lo seguían viendo de manera extraña, en ocasiones lo trataban de manera tan diferente, que él sentía que nunca fue bien recibido desde el primer día, sus compañeros siempre se alejaban él cuando se acercaba, o murmuraba habladurías a sus espaldas mientras veía como lo señalaban desde lo lejos.

Él no entendía el porqué lo rechazaban tanto, ya que el no les había hecho nada, al contrario, trataba de ser el mas amable y respetuoso con la esperanza de que lo aceptaran, de tener amigos con los cuales jugar. Más sin embargo siempre se le veía solo y apartado en una esquina del salón.

Así que una mañana sin previo aviso, arribo a la escuela un mensajero (y no cualquier mensajero), era un mensajero de elite, Una gran paloma que vestía un elegante sombrero rojo y una badana llena de medallas al valor. Cuando llego a la escuela, comenzó a visitar cada uno de los salones, invitando a los jóvenes a ser parte del servicio postal, y en cada salón que entraba era recibido como un héroe, hasta que llego el turno del salón donde se encontraba en halcón, cuando entro al salón noto que los alumnos se comportaban un poco diferente a los otros salones y la razón era, que las palomas sentían que con la sola presencia de su compañero, el invitado se sentirá intimidado y este se iría sin decir nada.

Pero al contrario de lo que ellos pensaban, la paloma mensajera entro con gran animo, saludando a toda la clase tratando a todos por igual, se presento indicando ser un miembro honorable en la sede de la oficina postal . Al oír esto el joven halcón se emociono al ver con sus propios ojos a un verdadero mensajero, la gran ave les conto cual era el verdadero objetivo de ser mensajero, y es formar a un buen mensajero, ya que para ellos no solo es llevar cartas, ellos se encargan de llevar la verdadera esencia de eso que quieren decir a través una carta, ya que las cartas son instrumentos para transmitir los sentimientos del corazón de una persona, y de no ser por ellos, estas palabras no podrían llegar a los corazones que tanto ansían saber sus seres queridos.

La Tolerancia de Un SueñoWhere stories live. Discover now