única parte 🥀

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“Ahora que no me tienes
de repente me quieres"

[🥀]


Sus pasos firmes sonaban por la acera de la calle que estaba a una cuadra de comisaría, apretaba las esquinas de su chaqueta con nerviosismo e impaciencia por llegar ya al lugar.

Según su novio, había sido detenido tras la mala ejecución de un atraco junto a sus demás amigos quienes seguramente estaban metidos igual en el jodido calabozo.

Cuando divisó la entrada principal suspiró con pesadez y aspiró el aire de nuevo para relajar sus nervios, pues sabía que dentro de esa unidad se encontraban personas que habían sido sus amigos en tiempos pasados que a él sin duda le gustaba no recordar.

Entró con confianza fingida escuchando el sonido del aparato superior a la puerta que indicaba que alguien había entrado, se sentó tranquilo en alguna de las sillas vacías que habían frente al mostrador donde se atendían las de únicas y esperó a que un agente saliera para llevarlo junto con John y así poder pagar la jodida multa.

Cruzó sus pies uno arriba sobre el otro y comenzó a moverlo con tranquilidad para que después de treinta minutos, alguien por fin saliera de la sala interna.
Alguien al cual no veía desde que había dejado aquél oficio. Como siempre se puso nervioso, porque a pesar de los años la presencia fría y dura del hombre le dejaban sin habla, más no quedaba nada de aquella ilusión con la que tanto lo miraba. Su cabello seguía siendo igual de gris y seguramente sedoso, sus ojos grises ya no brillaban más, pero mantenían la nula calidez intacta. Viktor Volkov seguía siendo el mismo. No había cambiado.

—¿Usted que busca por acá? —No se inmutó por las duras que sonaban sus palabras ni por el acento marcado el cual llevaba exactamente tres años sin escuchar. Desde que dejó de insistir, desde que dejó de marcar y buscarlo.

—Vengo a pagar la fianza de mi novio, que me ha marcado para eso —aquello salió sin atisbo de querer dar celos, salió tan natural que Horacio se sorprendió.

La mirada del ruso se volvió sorprendida por breves segundos para después recuperar su heladez.

—De acuerdo... Su novio le ha marcado y... Está allá abajo dice.

—Exacto, eso he dicho.

Ambos estaban muy tensos, demasiados. Horacio sentía que las paredes se volvían más pequeñas, que todo se reducía a nada cuando estaban solo ellos dos. Era una sensación fatal, se sentía como un caos, como un jodido desastre el cual quería arrasar con él y con lo único que quedaba.

Volkov lo guió sin decir nada más hacia la parte interior en donde se procesaban a los detenidos. Reconoció a algunos de la malla, como a Leónidas, Greco, Yuu, Serjay, entre otros. Todo lucía igual a como lo recordaba y eso lo hizo sonreír nostálgico, en ocasiones extrañaba todo eso, pero por su bien mental y físico sabía que estaba mejor donde estaba ahora.

—Bien, señor John. Al parecer un chico que se hace decir su novio va a pagar la multa. Eso no quita el hecho de que será debidamente procesado. —anunció el ojigris, sintiéndose extraño por la forma en la que había llamado a Horacio.

El de cresta levantó la mano en forma de saludo hacia su novio quien sonrió agradecido y un poco sonrojado y avergonzado, pues sus demás amigos comenzaron a burlarse juguetonamente de él.

—Señor Horacio, acompáñeme por acá por favor. —Indicó moviendo su mano para mostrarle el camino. No era muy lejos, estaban a lado de las celdas en una especie de oficina improvisada, la mesa estaba llena de algunos papeles y llaves. —Bien, deje busco la multa y ahora le digo.

taken; volkacio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora