Capítulo 14: Se acerca una tormenta

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A medida que se adentraban en el bosque, los esbirros que encontraban en su camino caían uno a uno. Seiryu se encargaba de detectarlos y guiar a Kakashi hasta la próxima zona en la que se enfrentarían a más de ellos; la destreza y las habilidades de Kakashi, se coordinaban con las indicaciones de Ryu de manera casi perfecta, logrando así, avanzar en su tarea de manera impecable.

Eran enemigos simples, bastaba con un buen ataque para liquidarlos, pero podían llegar a ser letales si atacaban en grupo. Aun así, ambos lograban hacerles frente sin importar la cantidad a los que se enfrentaran. Llevaban una buena área cubierta, el número de enemigos comenzaba a disminuir y su detección comenzaba a ser mínima.

Seiryu: Hiciste un buen trabajo allá atrás – clavó su espada en el último esbirro sobrante de una horda que los había atacado.

Kakashi: Gracias, supongo que hacemos un buen equipo.

Seiryu: Años de entrenamiento rinden frutos, digno de un Hokage.

Kakashi: Continuemos avanzando. ¿Puedes detectar algo más?

Seiryu: No, ni cerca ni a kilómetros. Este debió ser el último, quizá no lo notes, pero el aire se percibe más puro.

Kakashi: Esas son buenas noticias. Si hemos terminado con esto, podemos avanzar para reunirnos con el Raikage.

Seiryu: Me parece bien. Sígueme, conozco un camino más rápido para llegar a su torre.

Asintió y fue detrás de él, hasta comenzar adentrase a una zona rocosa y oscura, la visibilidad ahí dentro era casi nula. – ¿ya has estado aquí antes?

Seiryu: Sí. Durante el confinamiento de Ayane cumplimos muchas misiones. Por un tiempo el anterior Raikage nos hacía encargos, el camino por el que te llevo ahora, es un pasadizo que usan en el país del trueno para salir de la aldea de manera rápida y sigilosa.

Kakashi: Una buena idea para evacuar a los habitantes en caso de ser necesario. Podría implementar algo similar... -Su mente comenzó a repasar todo lo ocurrido hasta ese momento, deteniéndose en un detalle que había pasado por alto: ¿qué sucedió con la chica que había encontrado atrás? – Espera. -Se detuvo y pensativo miró sobre sus pasos.

Seiryu: ¿Qué ocurre?

Kakashi: Antes de reunirnos, una chica se topó conmigo. Era perseguida por una de esas criaturas, me encargué de ponerla a salvo, pero, cuando me di cuenta había desaparecido. Quizá si...

Seiryu: Sé lo que estás pensando... -Colocó la mano sobre su hombro para detenerlo. -No es buena idea volver, no pierdas de vista la misión actual.

Kakashi: ... -Recordó la expresión de terror en su rostro al atraparla en su fugaz encuentro. – Debo intentarlo.

Seiryu: Ya es tarde. No percibo ningún otro chakra además del nuestro, ella no lo logró. Será mejor que sigamos.

Kakashi hizo una mueca de resignación y miró atrás una última vez antes de seguir. -Lo lamento. - Se disculpó mentalmente, deseando haber podido hacer más por ella, pero aún había algo que lo inquietaba por dentro.

La presencia de una fuerte tormenta azotaba las calles de Konoha, la presencia de la lluvia hacía que todos los comerciantes y ciudadanos, se apresuraran a proteger y cerrar sus negocios. El bullicio callejero de todos aquellos que buscaban salvaguardarse de la tormenta resonaba a la par de los truenos y el sonido del agua salpicando por todos lados.

La noche estaba por comenzar a caer, Gai se hacía cargo de Raiden, tal y como se lo prometió a Kakashi; era sencillo realmente, el niño apenas y hacía ruido. "De tal palo, tal astilla", pensaba Gai. Lee también había estado apoyando a Gai durante el tiempo que Kakashi llevaba fuera, en caso de que la situación se complicara, pero hasta ahora, no requería mayor esfuerzo. Con tanto tiempo libre, a ambos les pareció buena idea aprovecharlo para entrenar, así que, dispuestos a ello, Lee se ofreció a volver a casa de Gai para llevarle unas mancuernas y pesas especiales que usaba desde que estaba en silla de ruedas, dejándolo sólo con Raiden.

Gai: Tan pronto Lee vuelva, verás al ninja más fuerte entrenar. -Raiden miraba atento a Gai, mientras él lo tomaba y sentaba en su regazo. – Así es, pequeño Kakashi, hablo de mí. Lee y yo estamos impacientes por enseñarte el poder de la juventud.

Un relámpago iluminó el cielo, trayendo consigo el retumbar de un fuerte trueno, haciendo que la luz de la habitación comenzara a fallar hasta quedar completamente a oscuras. La tormenta se intensificaba y el retumbar de los truenos era cada vez más constante, haciendo que Raiden se asustase y comenzara a llorar. Sobresaltado y nervioso, Gai intentaba calmar su llorar que poco a poco se intensificaban hasta el punto de volverse gritos y llantos desesperados.

Gai: V-vamos, pequeño Kakashi, todo estará bien, deja de llorar, el tío Gai está aquí para protegerte de lo que sea.

- ¿D-dónde está Kakashi? - Una voz apenas perceptible lo sobresaltó aún más de lo que ya estaba. Temeroso buscaba entre la oscuridad de la casa, el origen de aquella débil voz. - ¿Gai?

Raikage: Al fin llegaron, no sabía que el Sexto también vendría con ustedes.

Seiryú: Éramos un equipo de 4, al final sólo quedé yo, el Hokage llegó después.

Kakashi: Me pareció buena idea venir a ver qué ocurría, al no obtener respuesta del escuadrón de ANBU que mandé hace una semana, comencé a impacientarme.

Raikage: Ya veo. Ahora entiendo, recibí tu mensaje por medio de un perro ninja, en cuanto me lo dio, se desvaneció.

Kakashi: Me alegra oír que Bisuke cumplió con la misión que le encargué. Como te habrá dicho, es importante que el toque de queda siga hasta unos días más, oficialmente podríamos decir que nos hemos encargado del enemigo. Ya no tendría que haber peligro, pero nunca está de más no bajar la guardia.

Seiryú: Kakashi tiene razón. Sólo para descartar bajas, mantenga a sus ciudadanos bajo las indicaciones de antes, en caso de que ocurra algún ataque de nuevo, vendré a ocuparme de ello.

Raikage: ¿Qué fue lo que causó todo eso?

Kakashi: Ayudantes del dragón que Ayane mencionó durante la reunión poseían cuerpos en busca de uno nuevo que fuera capaz de habitar su líder.

Seiryú: Fue una medida desesperada al no hallar de nuevo a Ayane. Ella ya les había mencionado parte de lo ocurrido. Oficialmente confirmo la muerte de Dielong, ni él ni sus lacayos volverán a causar daños.

Raikage: Me alegra escuchar que al fin esto terminó, hubo varias bajas. En cuanto se suspenda el toque de queda, me encargaré de ofrecer una ceremonia aquellas familias que hayan perdido algún miembro. Les agradezco mucho su apoyo, a ambos. Especialmente a usted, Hokage, abandonó su puesto por venir. -Ryu miró disgustado a Kakashi por esto último, aún no olvidaba que había roto su palabra.

Kakashi: No hay nada que agradecer. -ignorando por completo la presencia de Ryu. -, entre naciones es importante contar los unos con los otros. Ahora si me lo permite, quisiera poder hablar con usted, en privado.

Raikage: Claro. Seiryú, ¿podrías...

Seiryú: No hace falta que lo pida, Raikage, esperaré afuera. Con permiso.

Seiryú salió, dejándolos solos.

Raikage: ¿Qué ocurre?

Kakashi: Quizá nada importante, sólo quiero asegurarme de algo. En uno de los enfrentamientos que tuve, en las afueras de la aldea del Rayo, me topé con una chica, joven, que venía huyendo de ataques enemigos. La puse a salvo o eso creí, mientras me enfrentaba a más enemigos, pero después, simplemente desapareció. Hay algo, que me tiene inquieto y no sé qué es, pero gira entorno a ella... Cuando mencionó que hablaría con los afectados, se me ocurrió qué...

Raikage: ¿Pregunte si alguien reclama por ella? -Lo interrumpió.

Kakashi: Sí. Quizá no sea nada, pero no puedo entender como es que desapareció sin que lo notara o peor, pasar desapercibida por la detección de chakra de Seiryú... quizá, él no me esté diciendo la verdad. -Dijo esto último más para sí mismo que en respuesta al Raikage.

Raikage: Lo haré, no se preocupe. En cuanto tenga respuesta, te lo haré saber. Pondré a los ninjas de los archivos a buscar sobre el caso, ¿podrías describírmela?

Kakashi: Claro, déjame refrescarme un poco la memoria... 

𝗘𝗟 𝗡𝗜𝗡𝗝𝗔 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗥𝗔𝗚𝗢́𝗡 𝗡𝗘𝗚𝗥𝗢 || 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Where stories live. Discover now