Prologo

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- Luna color de plata, estoy aquí ante ti, vengo a decirte un secreto...mis palabras se volverán canción, una dulce melodía susurra entre el viento... - la brisa helada de la noche se colaba en una pequeña ventana de una habitación, lucía sombría, vieja y silenciosa; ese lugar aislado donde la luz del sol ni de la luna se asomaba, ni la calidez, en ese sitio era resguardaba una joven que llevaba un tiempo encerrada – luna color de plata, tu mi acompañante nocturna, que guardas mis susurros... - su voz sonaba débil, apagada... sin vida alguna.

Sus cansados parpados cayeron, su mente voló a sus memorias, recordando tiempos según había olvidado.

Todo lo que alguna vez amó y conoció fue destruido sin piedad. Perdió todo... su hogar, sus amigos, el amor, su familia si se podía llamar así y su libertad. Su brillantez que la caracterizaba, una joven de llena de ilusiones, sueños y un futuro que imaginaba fue arrebatado ese día cuando dijo si.

Fue contra su voluntad, no podía negarse, no podía huir a ese compromiso que la metieron, le recordaban cada día que lo tenía que hacer por honor y el bien de la familia. El bien de ellos que también nunca pensaron que venía su terrible final.

Ha permanecido en esa solitaria y lúgubre habitación por 5 años. Cada segundo, minuto, hora, día, semana o meses que ha pasado se ha arrepentido tanto por haberse dejado manipular por su familia, fue ingenua ante el amor de ellos, era falso. La tomaron como una pieza de ajedrez al cual movilizar a su favor y ganar.

Un chirrido de una puerta abriéndose la despertó.

- ¿Cariño, estas despierta? - su cuerpo comenzó a temblar del miedo al oír esa voz que la aterroriza hasta en sueños – hoy nos divertiremos mucho, querida – dice acercándose a ella con malas intenciones.

Ella suspiro cansada, no podía hacer el intento de retroceder ya que si hacia un leve movimiento el dolor atacaba su cuerpo, estaba inmóvil como una muñeca.

- Te ves hermosa, querida – dice con sarcasmo, la jaló de sus delgados y lastimados brazos, su mirada caía en el suelo siempre, no quería verle el rostro de su opresor – no sabes cuanto desee que el sol se escondiera para venir a disfrutar te – manifiesta mientra dejaba pequeños besos en el cuello de la joven.

- "Otra vez" – sintió un malestar en el estomago, le provocaba nauseas cada vez que la tocaba, quería vomitar, sin embargo, tenía que contenerlo ya que la golpearía como las otra veces que vomitó encima de él mientras hacían el acto.

El sujeto continuaba besando el cuello de la joven sin delicadeza, emitió un pequeño gemido lastimero, odiaba la situación que vivía, era estar en el infierno junto con el diablo, desea con todo su ser huir de ese lugar, lo ha intentado, pero, terminaba en fracaso y castigos a la vez.

El hombre retiro su lujosa yukata y se acerco aún mas a la joven, la beso en sus secos labios con brusquedad, la joven cerro sus ojos, deseo alguna vez morirse por no seguir sufriendo.

- Te estas portando bien, eso me gusta – le apretó fuertemente sus piernas, la joven hizo una mueca. El sujeto con sus manos recorrió el cuerpo de la joven, se sentía satisfecho por que la tenía a su merced, solo él podía jugar con ella, él tiene la decisión si vive o muere – eres mía, solo mía – la beso nuevamente, sin esperar la penetró sin piedad comenzando un vaivén de placer para él y uno de dolor para la joven.

- "¿Hasta cuándo" – pensó mientras una lágrima caía por su pálida mejilla.

•NOCHES EXTRAÑAS• (editando)Where stories live. Discover now