Capítulo 15: El largo camino a casa

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Gai: ¿S-sabes quién soy?

-C-claro...No puedo verte, pero reconozco tu voz.

Gai: ... ¡¿Ayane?! ¡Has despertado! Kakashi dijo que estabas inconsciente, pero no me dijo que tan grave era, pero no te preocupes, a él solía pasarle todo el tiempo.

Un relámpago iluminó por un instante la habitación en la que se encontraban, por un segundo Gai pudo verla, se encontraba tratando de mantenerse en pie, recargada sobre el marco de la puerta que dividía la estancia de la habitación de Kakashi. Su estado era demasiado demacrado y débil. Al verlo, Gai trató de llegar con ella tan rápido como la silla de ruedas se lo permitió. En cuanto se situó junto a ella, la ayudó a llegar al sofá más próximo.

Gai: ¿Qué te ocurrió?

Ayane: Larga historia, ¿dónde está Kakashi? Esto no debería estar pasando.

Gai: Se ha ido por unos días; verás, le puse uno de los retos más difíciles a los que un ninja se ha enfrentado jamás y por supuesto, lo aceptó.

Ayane: Dime por favor que estás bromeando...

Gai: En lo absoluto.

Ayane: Gai, tengo apenas fuerza para mantenerme en pie, sin contar que no hay una pizca de chakra en mi cuerpo, no tengo idea de cómo es que mi jutsu se rompió y desperté y lo único que me dices es que Kakashi se fue por uno de sus juegos... Dime algo que tenga sentido, por favor. ¿Quién está en el lugar de Kakashi?

Gai: Me parece que dejó a Pakkun a cargo.

Ayane: Un perro cuidando el lugar del Hokage, no es a lo que me refería, pero al menos Pakkun es alguien sensato. Debo hablar con él. -Intentó ponerse de pie, pero, fue imposible. Apenas había logrado elevarse unos cm, sus brazos la dejaron caer.

Gai: Mantén la calma, Lee debe estar por llegar, en cuanto esté aquí, le pediré que le informe a Pakkun.

Asintió en respuesta a lo que Gai le decía, no daba crédito a lo que estaba ocurriendo, ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado desde que la misión se había puesto en marcha, tantas incógnitas rondaban su mente, siendo el sentimiento de que algo no marchaba bien, la única cosa de la que estaba segura.

Rikage: No se preocupe, Hokage, en cuanto tenga información te lo haré saber.

Kakashi: Gracias.

Raikage: Ahora, ¿por qué no pasan la noche aquí? Se han dejado la vida en esta misión, viajar de regreso no sería la mejor opción. Y sería descortés de mi parte, dejarlos ir tan pronto.

Kakashi: Se lo agradezco. Quizá lo considere, viajar en estas condiciones nos dejaría expuestos a cualquier amenaza.

Raikage: Y no es precisamente Seiryú el más vulnerable...

Kakashi: Lo sé, estoy en mi límite, en cuanto Seiryú me quite el chakra que me ha estado compartiendo para poder mantenerme en la lucha, podré apenas moverme.

Raikage: Realizaste un viaje de 3 días, en una sola noche, me sorprende que te puedas mover aún con su chakra. Y desde que llegaste no has hecho más que pelear. Reitero, descansar al menos al amanecer, es la mejor opción,

Kakashi: Supongo que sí, en ese caso, está decidido.

Darui hizo un gesto con la mano para que uno de sus escoltas se acercara.

Escolta: ¿Señor?

Raikage: Preparen una habitación para el Hokage y su acompañante, En cuanto esté listo, háganselo saber.

La escolta asintió y salió rápidamente.

Kakashi: Muchas gracias. Le informaré a Seiryú del cambio de planes.

Kakashi salió de la oficina para reunirse con Seiryú, quien lo esperaba a unos metros de la puerta, cruzado de brazos recargado sobre una de las paredes del estrecho pasillo.

Seiryú: Debemos irnos. -Dijo en cuanto Kakashi estuvo cerca de él, manteniendo su mirada en el piso.

Kakashi: De eso quería hablarte. Nos iremos al amanecer, no es buena idea viajar de noche en nuestro estado, es un viaje de 3 días. Si no nos recuperamos, el viaje se alargará.

Seiryú continuó sin mirarlo. -No perderé mi tiempo quedándome aquí. Nos iremos ahora mismo.

Kakashi lo miró manteniendo la calma. Al parecer seguir ordenes de terceros, no era lo suyo, quizá si intentaba persuadirlo funcionase mejor. -Ya he sido una carga para ti un buen rato; si continuamos ahora, posiblemente lo sea el doble. Necesito reponerme para seguirte el ritmo, al menos por una noche.

Seiryú lo miró de manera arrogante por un segundo antes de regresar su mirada al piso. -Dígame, Hokage, ¿le importa realmente lo que tiene en casa? -Kakashi lo miraba expectante y sorprendido. -Hasta ahora ha sido egoísta pensando en satisfacer sus propios intereses e interrogantes, dejando de lado a quienes lo necesitaban. Ya fracasaste en tu misión, no me hagas fracasar en la mía.

Kakashi: Lo hice por ellos.

Seiryú: No, lo hiciste por ti. A mí sí me importa lo que está allá y es mi deber, protegerlo. No perderé más el tiempo aquí, he cumplido con mi misión.

La misma escolta que el Raikage había mandado a preparar todo para que Kakashi pasara la noche en el País del Rayo, apareció interrumpiéndolos. Acentuando la tensión entre ambos.

Escolta: Lord Hokage, su habitación está lista. Síganme, por favor, los guiaré hasta ella.

Seiryú miraba a Kakashi en espera de una respuesta. Esperaba que viniera con él, que tomara en serio la seguridad de su familia. Después de todo, él mismo había sido quien incrementó las posibilidades de riesgo para Ayane y Raiden al llevar consigo la máscara que fungía de protección para ella. Pero también sabía de sus inseguridades ante ellos, estaba convencido de que su actuar inconsciente, era reflejo de sus miedos ante tener que ser padre.

Kakashi: Llévame hasta ella. -Respondió a la escolta que esperaba por ambos.

Escolta: Por aquí, por favor. -Comenzó a caminar con Kakashi detrás. Antes de perderse en el pasillo se acercó a Ryu.

Kakashi: Toma. -Sacó la máscara para entregársela. -Esto estará mejor contigo. -Seiryú la tomó desganado y la guardó. - Me reuniré contigo al amanecer.

Seiryú: ¿En tu estado? No lo creo, esperaba seguirte proveyendo de chakra.

Kakashi: En cualquier caso, te necesito fuerte, sé que no hay nadie más aparte de ti capaz de protegerlos. No lo malgastes en mí. Te alcanzaré.

Seiryú: Ojalá pudiera creerte, continúas decepcionándola una y otra vez. Suerte.

Acto seguido, Seiryú desapareció. Nuevamente sus caminos se volvían a separar y, aunque Kakashi sabía que tenía razón en sus palabras, no podía sucumbir a ellas. Ya lo alcanzaría tan pronto recobrara algunas energías, pues, tan pronto se fue, su fuerza y estado, volvían a ser igual de frágiles y desgastadas que cuando llegó al País del Rayo. En cuanto volviera a ser el mismo de siempre o tan si quiera, la mitad de ello, se ocuparía de resolver todo lo que había desordenado.

O eso esperaba...





𝗘𝗟 𝗡𝗜𝗡𝗝𝗔 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗥𝗔𝗚𝗢́𝗡 𝗡𝗘𝗚𝗥𝗢 || 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Where stories live. Discover now