Unica parte

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Llevaba más de un mes yéndolo a visitar, al principio era mientras sus familiares y amigos no estaban.

Jaemin no se iba a arriesgar, le daría demasiada vergüenza si lo encontraban leyéndole poemas, cantando o contando cosas personales. Pero por desgracia, mientras dormía encima del brazo del chico, aquel hermoso y bello chico, sintió una mano sacudiéndolo un poco, con el cuidado de no espantarlo, pero como era de esperarse Jaemin se sobresaltó y rápidamente se levantó de la silla, limpiando los restos de baba que tenía en su mejilla.

— ¿Eres amigo de mi hijo? — preguntó una mujer, tal vez unos treinta y cinco-cuarenta años. Era muy hermosa y tenía una dulce sonrisa en su rostro.

Pero aunque la mujer se mostrara amigable, Jaemin se quedó sin habla, totalmente avergonzada del estado en que lo había encontrado. Ahora lo habían descubierto y de la peor forma.

— N-no... D-digo si — Lo que más odiaba en los momentos cuando tenía muchos nervios es que empezaba a tartamudear y sus manos le sudaban.

La mujer tenía un rostro de confusión y a la vez de gracia, pero lo único que hizo fue observar a su hijo seguir durmiendo.

— Sabes, algunas personas me habían dicho que había un chico que entraba a ver a mi hijo y se tardaba menos de una hora. Se me hizo raro ya que el horario no coincidía con el de las visitas. Por un momento creí que eras un fantasma — Acariciando con sus manos una de su hijo mientras sonreía y continuó hablando — Pero ahora veo que lo que me decían era cierto, al menos que esté viendo a un fantasma, ¿me equivoco?

— N-no, perdón si, no soy un fantasma, mi nombre es Jaemin, Na Jaemin — hizo una reverencia mientras sus mejillas tomaban un color que lo hacía parecer muy tierno.

— Oh, que lindo nombre Jaemin, pero el apellido creo que lo he escuchado antes, me disculparas, tengo una muy mala memoria.

— Tal vez se refiera a mi padre. Él es dueño de este hospital y también trabaja aquí.

— Oh claro, entonces ¿por eso entras cuando quieres a visitar a los pacientes? — hizo una seña a Jaemin para que se sentara y este accedió.

— N-no, perdón, no es así. En realidad no puedo hacerlo más que algunas veces, lo hago a escondidas de mi padre y algunas veces mientras lo vienen a revisar.

— Oh cariño, eso es lindo, creo que te debo agradecer por cuidar de él, últimamente he estado ocupada con mi trabajo y su padre está en Japón, cosas de la empresa, y dime ¿qué es lo qué haces tanto tiempo aquí?

Jaemin a veces odiaba su vida, cuando quería la suerte estaba de su lado peor cuando más la necesitaba parecía que la suerte no existía en él. Pero aún así agradeció que su padre entrara porque en realidad no sabía que contestar, no podía decirle muy normal algo como "oh, es que yo vengo diario o hablar con su hijo aunque no sepa que estoy aquí, igual vengo a leerle poemas y a cantarle" por supuesto que no, aunque Jaemin llevaba un tiempo haciéndolo aún sonaba raro.

— ¡Jaemin!, aquí estás, te he dicho mil veces que no tienen que entrar a los cuartos sin mi permiso Jaemin sabes qu... Disculpe, es que este niño a veces me saca de mis casillas. Vine a entregarle los estudios de Jeno, aunque sigue en coma está mejorando poco a poco. Estamos casi seguros de que en menos de lo que esperamos despertará.

— ¿Entonces puede despertar en cualquier momento? — Preguntó Jaemin mientras una sonrisa aparecía en su rontro, una muy linda y sincera.

Era muy raro que un extraño se alegrara demasiado por otro extraño, claro que para Jaemin, Jeno no era uno. A pesar de que este estaba en un coma profundo y no sabía que un un niño de de rasgos finos y delicados iba a visitarlo cuando podía pero para Jaemin, Jeno era un amigo más. Nadie podía describir el brillo que Jaemin tenía en sus ojos, brillaban más que los de la propia madre de Jeno. Estaba muy feliz.

Cuando Te Vi [ɴᴏᴍɪɴ]Where stories live. Discover now