Hecho de piedra

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Disclaimer: Diamond no Ace le pertenece a Yuji Terajima. No obtengo beneficios escribiendo esto.

Notas: viñeta RyoSawa para la ganadora del segundo domingo del Duelo de Imágenes del grupo Diamond no Ace Yaoi. Es una historia con temática soulmate.

Advertencias: fluff, posible OOC, yaoi.

Hecho de piedra

Él recordó.

Rememoró aquellos días en los que durmió alerta y descansó a medias. También se le vinieron a la mente los otros días, los mejores, en los que soñó con su infancia y con las lluvias que golpearon sin cansancio los vidrios de las ventanas de su casa. Se acordó de la vez en la que descubrió que tenía una marca con la forma de flores de cerezo en su abdomen y de la sorpresa que recibió cuando se enteró de que su alma gemela tenía una mancha igual a la suya.

Escuchó las palabras emitidas por su compañero de vida como si se trataran de la letra de una melodía que estaba destinada a servir de relajación. La constante charla, los gestos de emoción y los ruidillos se volvieron notas de lo que podría haber sido una pieza de soul o de jazz.

—Porque, si soy honesto, no sé cómo llamarte desde ahora. Antes eran onii-san, pero creo que es raro desde que somos... tú sabes. —Sawamura jugueteó con sus dedos, nervioso. Se removió y mostró un gesto de vergüenza—. ¿Kominato-san o Ryo-san?

Ryōsuke sólo sonrió con diversión. Siguió rememorando, recordando los tiempos lejanos, los que ahora sentía que no le pertenecían; los días en los que lo único que recorrió su sistema fue el tedio de estar vivo y la conclusión de que estaba hecho de piedras fue la única que se le ocurrió. En aquellos momentos, la ausencia del amor que hacía tan ligera la existencia fue el pegamento que selló las rocas con las que fue construido.

—¡... y tu cabello me recuerda a la primavera! Lo pensé desde la primera vez que te vi... ¡no lo dije porque no quería que me golpearas!, Harucchi me advirtió que eras una persona complicada. —Eijun se empezó a reír de forma ruidosa.

Siempre era tan escandaloso.

Ryōsuke no hizo muchos esfuerzos para callarlo. Estaba asoleándose con los halagos. Tuvo el presentimiento de que el destino podía ser tan bueno: iba a ser amado entero. Incluso sus gestos tristes o sus incesantes comentarios serían adorados. Sawamura nunca se quejaría de su expresión eternamente pensativa o cruel. ¿Qué importaba que su exterior estuviera construido con piedras? Quizá las entrañas de su madre lo forjaron con ese material y de esa manera a propósito. Iba a ser amado por completo. Eijun lo vería con duda, con paciencia, con incredulidad y con el amor que rozaba la locura. Sabía que Sawamura quería con la misma fuerza que el huracán y la tormenta.

—¡No sé cómo no me di cuenta antes de que eras mi alma gemela! —exclamó Sawamura. Junto ambas manos y las llevó a la altura de su boca, en un gesto pensativo—. Después de todo, tengo flores de cerezo en el estómago y tú pareces tener muchas de ellas en tu cabello. ¿Sabes qué es raro? Hablarte sin formalidades.

—Eres tonto —respondió Ryōsuke después de varios momentos—. Yo seré el cerebro de la relación.

Eijun frunció sus cejas y boca, parecía dividido entre la ofensa y la búsqueda de argumentos a favor de su intelecto.

—Tú serás el corazón —agregó Ryōsuke—. Es un trabajo duro, buena suerte.

Sawamura terminó sonriendo.

Él recordó. Kominato Ryōsuke recordó los días malos, los días en los que estuvo hecho de piedras y fue cliente frecuente de la crisis.

—¡Ryo-san es tan agradable... creo!

Ryōsuke suspiró. Rememoró tanto que se le olvidó que las piedras nunca permanecen igual, que el tiempo las erosiona y los humanos pueden ir cambiándolas de lugar o moldearlas a su antojo. Sintió que sus mejillas se humedecían y que se le escapaba una sonrisa.

Sawamura empezó a gritar por la preocupación. Ryōsuke siguió sonriendo burlón. Iba a ser amado.

Hecho de piedraWhere stories live. Discover now