-Encuentros-(saneren)

Encuentro entre dos personas

Sanemi Shinazugawa se encontraba estresado, y había demasiados motivos del por que: deudas, trabajo, escuela, tareas del hogar, mas deudas, mas trabajo. El sabia el por que se encontraba haciendo eso, el por que daba su mayor esfuerzo, cual era su verdadera razón; era difícil y lo admitía, desde que ninguno de sus padres ya no estaban en este mundo, le era difícil y no solo para el, siempre intentaba ponerse en la perspectiva de sus hermanos, los ayudaba e intentaba estar para todos en el momento que mas necesitaban.

Pero estaba tan cansado, se esforzaba cada día, se levantaba temprano cada día, cumplía con sus obligaciones, trabajaba y así sucesivamente. Parecía haberse vuelto una rutina de la cual le era difícil tener un día libre, de la cual parecía nunca poder librarse.

Con ver la cara de sus 6 hermanos a su lado, le daba suficiente motivación a seguir su camino y darles un futuro prospero a cada uno de ellos. Era lo que constantemente se recordaba y no dudaría en cumplirlo, a pesar de las adversidades por las que el mismo pasaba.

Por otra parte había un chico totalmente distinto a el, con una situación un tanto similar, con pasión de vivir la vida y dar la vida por sus seres mas queridos; no tardarían en encontrarse, pues pese a ser sol y luna, los dos compartían aquel fuego en su interior, que los ayudaba a seguir viviendo. 

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En ese momento estaba irritado, no de la persona que estaba frente a el, si no mas bien de la situación en la que se encontraba, por alguna razón poco a poco sentía su cara ponerse caliente; se estaba enfadando (o eso parecía) y en cualquier momento hecha ria la situación al vertedero. El motivo de su enojo era que: el hombre frente a el, no dejaba de mirarlo de aquella manera tan intensa, con aquellos ojos similares al sol, "tan grandes y coloridos, como un hermoso atardecer".

Rayos, ¿Por qué ahora en este momento un tanto incomodo, se permitía tener esa clase de pensamientos? ¿Por qué aquel chico lo seguía viendo de aquella manera tan despreocupada?

Se estaba frustrando y estaba apunto de protestar por una explicación, si, eso es lo que- Disculpa, ¿eres el siguiente en la fila?- Sanemi se sorprendió un poco, estaba a punto de gritarle que lo dejara de ver y el solo quería, ¿saber eso?-  Si...soy el siguiente...- se puso un poco nervioso por la situación, pero intento no demostrarlo; por un momento el había olvidado donde se encontraba, le harían una entrevista de trabajo y el seria el siguiente, pero no se quedaría con la duda (si es que había respuesta)- ¿Por qué hace solo un momento no dejabas de mirarme?-  dijo con un tono de voz gélida, el desconocido frente a el pareció sufrir de un pequeño espasmo, pero no tardo mucho en responder.

Sanemi pensó que se trataría de la timidez del chico o que es demasiado educado, pero de no haber sido por la sonrisa resplandeciente del contrario que parecía desprender luz y de aquella mirada que decía demás, se hubiera convencido de que era por la timidez...- Lo lamento, pero no pude evitarlo, es solo que... llamaste mi atención, y quería saber si te gustaría ir por un café después de esto- 

Oh... así que, ¿era eso...? 

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Han pasado ya 4 meses desde aquella vez que Kyojurou Rengoku invito a salir a aquel chico de ojos purpura semejantes a una luz debajo del agua  y cabello color como la ceniza, que cautivo al muchacho de melenas como el oro y ojos como el ardiente sol. Al principio el chico de ojos purpuras se negó a su invitación con un frió y rotundo "No", pero Kyojurou definitivamente no se rendiría tan fácil, y lo logro. El muchacho que resulto ser un año mayor que el, finalmente acepto y supo su nombre, Sanemi Shinazugawa , 21 años, misma carrera pero diferente colegio, y desde aquella primer cita que ellos dos tuvieron, no hubo ningún momento que no dejaran de hablar, admitía que el era el que mas hablaba y planeaba sus encuentros con el chico un poco mas alto que el; pero siempre había algo de que platicar y el ambiente en el que ambos se encontraban era cálida y amigable.