Primera parte

1.4K 207 47
                                    

[Igual si quieren darle así como ambiente a la wea pueden escucharse el tema Something About Us de los Daft Punk tu sabi po]



Jack Conway, el niño soldado, quien en su memoria no anidaba ningún rastro de amor paternal, ninguna caricia de madre, ni felicidad de infante. Sino recuerdos manchados con sangre ajena, compañeros caídos en el campo, amores arrebatados, y descendencia difunta.

Siendo sinceros, no tenía el valor para quitarse la vida y ponerle fin a aquel martirio que pareciera no tener deseo alguno de parar. El universo le escupía la cara, divertido. Le había convertido en su bufón y él se dejaba ser.

El único rincón que le propiciaba una pisca de paz era aquel cartel de publicidad enorme a unas cuantas calles de la comisaría, junto a unos canales cercanos a un barrio residencial. ¿Cuántas veces ya había estado en la misma situación, sentado en el mismo lugar, con los mismos pensamientos de siempre? Este lugar albergaba todos sus secretos, todas sus penas, e incontables borracheras. Era triste verse allí nuevamente.

Las razones, sin embargo, no podrían ser más ajenas a su persona. Con toda una historia acumulada de desgracias y sufrimiento; no lograba comprender cómo es que llegó a este punto, se sentía ridículo; siendo un hombre de más de 40 años, atormentándose por un cúmulo de emociones que creía extintas. Emociones dirigidas a la persona que menos esperaba.

Su acorazado corazón se vio remecido incontables veces por la tierna y sensible particularidad de este individuo. Se vio a si mismo en varias ocasiones aceptar peticiones de lo más tontas solo porque las hacía aquel. Se vio en la situación de esconder sonrisas que amenazaban con escabullirse al presenciar el actuar del otro. Sintió hasta nervios cuando sus manos se rozaban por accidente. Y una sensación de calidez abrazadora cuando recibía algún tipo de caricia del susodicho. Ya no se conocía, ¿desde cuando el niño soldado sentía?

Descubrir que era capaz de volver a experimentar... ¿amor? ¿cariño? ¿aprecio? Hacia otro ser humano nuevamente le dejaba descolocado. Abrumado.

Sin saber qué hacer, hizo lo que acostumbraba, ahogar sus penas en whisky.

Y allí estaba ahora mismo, acompañado únicamente por un cielo iluminado de estrellas que; por cierto; no duraría mucho. Podía sentir en su rostro la cálida brisa que anunciaba la llegada de un manto de voluptuosas y grisáceas nubes. Una inevitable lluvia se avecinaba.

"Que putada"

El tiempo pasaba, y su cuerpo temblaba más y más bajo aquel diluvio. El alcohol no le brindaba suficiente calor y pensando razonablemente, no quería padecer de una neumonía que le dejaría en cama varios días, fuera del trabajo. Así que nuevamente hizo lo que acostumbraba cuando estaba triste y ebrio, llamar a Horacio para que le recogiera. Que contraproducente.

Sacó su teléfono de su aguado bolsillo y, esperando que este siguiese vivo por alguna gracia divina, lo encendió. Aún vivía el bastardo, se apresuró a buscar entre sus contactos y luego de leer en la pantalla con dificultad el nombre Horacio, inhaló profundamente, armándose de valor (gracias a la borrachera, más que nada) y marcó el número.

Beep, beep, beep, beep, beep...

No contestaba, quizá ya estaría tranquilamente dormido en su hogar y él aquí, llamándole a las 3 de la mañana de un día miércoles, "qué idiota, ¿en qué estabas pensando? ¿Qué te cogería el teléfono así sin más? Teniendo servicio mañana por la mañan- "

- ¿Sí? ¿Diga...? - Una voz somnolienta se escuchó a través del teléfono, si que lo había despertado.

"Joder, joder; coño, qué estoy haciendo"

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 11, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Quédate junto a miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora