Ese terrible día donde los sueños de la joven asistente se desvanecieron por completo, sus ilusiones cayeron destrozadas, así como su felicidad y sus ganas de continuar adelante, pues esa carta, esa horrible carta era la que pondría punto final a todo, ya no más. Después de llorar por un buen tiempo en su oficina y escuchar al ser que desgarro su corazón entrar a la suya, se contuvo con todas sus fuerzas para que el no se diera cuenta de lo ocurrido, tomo sus pertenencias y salió despacio, aprovechando una oportuna salida de él hacía producción.
No se tomó la molestia de decir nada, paso casi desapercibida por todos, eso era bueno, no quería que nadie la mirase irse. Esta ocasión no tomo el bus, salió de aquella empresa que durante mucho tiempo fue su vida, caminando lento, casi arrastrando los pies, con lágrima tras lágrima rodando por sus pálidas mejillas.
En Ecomoda su ausencia se notó casi a la hora, Armando hablando en voz alta para llamar a su ahora enamorada, pues él en ese momento ya amaba a aquella chica sencilla y atolondrada, no hubo respuesta. Con la paciencia algo removida se puso de pie entrando a ese hueco que se hacía pasar por oficina, la sorpresa fue mayúscula, la joven no estaba ahí al igual que sus cosas, pero un detalle lo hizo palidecer, ahí en el suelo se encontraba un pequeño oso de peluche, obsequio que le dejaría para pasado mañana junto a la respectiva tarjeta y los chocolates. Armando salió de manera apresurada girando su cabeza para tratar de encontrar a Beatriz, preguntando si alguien la había visto, nadie sabía el paradero de la tímida mujer. Llevo las manos a su cabeza producto de la desesperación, salió rápidamente al parqueadero, abordo su automóvil y condujo por la ruta que se supone ella debió tomar para llegar a su casa, tocó la puerta siendo atendido por los padres de la chica, quienes prontamente experimentaron el miedo, Beatriz estaba desaparecida.
Horas restantes del día donde se dedicó a la intensa búsqueda, nadie la había visto, nadie sabía dónde estaba, cayó la madrugada, no se paró de buscar. Armando visiblemente destrozado no sabía que más hacer, pidió todo el apoyo posible hacía la policía, más no se podía hacer nada hasta pasadas 24 horas, él no se detuvo y continuo recorriendo por todas las calles de Bogotá con la cabeza llena de angustia:"Betty... Mi Betty ¿Dónde diablos está? Por favor Dios mío, permíteme encontrarla..."
5 AM, Beatriz frente a la puerta trasera de Ecomoda, Javier, el guardia, no tenía ni idea de que ella hacía varias horas estaba desaparecida, le permitió el paso creyendo su mentira:
"Permítame pasar Javier, Don Armando me solicitó muy temprano hoy para terminar un informe de suma importancia"
Aprovechando de la soledad de los inmensos pasillos, la joven del rostro sin vida entro a la oficina presidencial, observando el sitio que tanta ilusión le trajo en tiempos pasados. Papel y bolígrafo en mano, tomo asiento y se dispuso a redactar una carta, doblo y escribió el nombre del destinatario: "Armando Mendoza".
Acto seguido entro en su pequeña oficina, ese lugar donde soñaba despierta, dónde no importaba cuan difícil fuese el día, ni cuantos insultos recibiera, ahí ella se sentía segura, amando profundamente en silencio a ese hombre que tantas veces fungió como su defensor y protector, ese hombre que depósito en ella toda su confianza, ganándose sin saber el inmenso cariño de la chica. Se acurrucó en el pequeño espacio entre su escritorio y la pared, se sentó en el suelo y saco de su bolsillo tres botes de pastillas, ni siquiera le importo que medicamentos eran. Procedió a tomarlos todos con sorbos de agua. Esa manera de terminar con su tragedia estaba plagada de dolor y suplicio, pero no quería hacer de la escena algo más aparatoso, ni tampoco deseaba que sus padres la encontrasen de esa manera en su habitación, eso les hubiera destrozado por completo:"Perdóneme papá, perdóneme mamá... Pero ya no quiero tener que soportar más, ya fue suficiente, más de lo que puedo resistir..."
El dolor era intenso, plagado de malestar, su mente daba vueltas como un carrusel enloquecido, ya no sabía si dormía o no, su último pensamiento fue el motivo de su trágico final.
7:30 AM, un Armando visiblemente agotado y ojeroso abordo las instalaciones de Ecomoda, tenía que pensar en una manera de encontrar a su Betty. Entra a su oficina, nota algo extraño en ella, una carta:"No importa cuánto yo ame, cuánto haga o no por tratar de hacerle feliz. En parte no lo culpo, usted ni nadie podría enamorarse de una persona como yo, pero ¿Por qué, Doctor? Le entregué mi vida entera, mis ilusiones, mi corazón, mi cuerpo y mi alma, yo era feliz simplemente con estar a su lado, no me merecía algo así. Aunque, al final, creo que es el precio por haber accedido a hacer todo este evento de juegos sucios a su lado, desde el primero hasta llegar aquí. Extraña y estúpidamente no le odio, con usted forje miles de recuerdos hermosos, los más bellos de mi vida, y eso es presisamente lo que me mato por dentro.
Gracias por todo, viva feliz, ya no tiene que preocuparse por mí o lo que haga, y le confieso que aún con todo, yo lo amo, y creo que siempre será así.Betty"
Instintivamente y con los ojos inundados en lágrimas entro a la oficina de su asistente. El horror lo consumió, pues el frágil cadáver de su amada yacía en el suelo, su pálido rostro reflejaba el dolor y la tristeza. El hombre se desvaneció por completo.
Ha pasado una semana de la tragedia, nadie supo el verdadero motivo por el cual Beatriz decidió acabar con su vida, solo él.
Armando tirado en el suelo de su apartamento, sucio, con el rostro y el cuerpo lleno de golpes, una cantidad al parecer interminable de botellas de licor a su alrededor, no paro de llorar desde aquel día:"¡Mi ángel, mi Betty... Perdóname! ¡¿Por qué lo hiciste?! Daría lo que fuera por que estuvieras aquí, por verte sonreír otra vez, por decirte lo mucho que te amo, por decirte que eres la única persona que me hizo sentir feliz..."
Revólver en mano, colocándolo en la sien. A lo lejos solo se pudo escuchar un disparo, a la par de los ladridos de un perro.
ESTÁS LEYENDO
Un destino diferente
Short StoryEstá pequeña historia surgió a partir de un gran fanart (la imagen tiene el nombre de la chica que lo hizo, y es con la cual ilustro este texto) Nunca me había planteado o imaginado un final similar, me pareció interesante a la par de perturbador...