PRÓGOLO:

6 0 0
                                    

-¡Eiden...! ¡Eiden no...!

Me gritaba alguien en la lejanía. Pero yo estaba demasiado absorto en mi propia oscuridad cómo para poder razonar. Ni siquiera distinguía de quién era la voz que me gritaba desesperadamente.

Yo seguía destrozándolo todo y matando a todo aquel que se cruzaba en mi camino, nada me importaba. Tanta energía acumulada en una misma zona crearía un agujero negro que acabaría con todo. Ni siquiera quedarían signos de que alguna vez existió un planeta. La rabia me cegaba, hacía mucho que había perdido el control de mí mismo, podía notar el oscuro y espeso miasma saliendo de mi cuerpo y cubriéndolo absolutamente todo.

Y de repente, alguien me agarró del brazo. No sabía cómo había conseguido llegar hasta dónde yo estaba, habría tenido que atravesar la miasma, la cual deshacía todo cómo si de ácido se tratase. No entendía cómo podía seguir vivo, todo su cuerpo estaba lleno de profundas heridas. Y mientras lo miraba anonadado, unas palabras salieron de su boca;

-Eiden... Te amo... Nada de esto ha sido... culpa tuya...

Y entonces volví en mí, unas inesperadas lágrimas brotaban de mis negros ojos y recorrían todo mi rostro. Miré a mi alrededor, no quedaba nada, sólo restos de miasma y un viento que arrastraba consigo las cenizas y el olor a sangre.

Había acabado con todo, estaba sólo, y tenía en mis brazos a la única persona que me había amado a pesar de saber que esto acabaría sucediendo algún día, la única persona que me había dado una oportunidad en mucho tiempo estaba muerta. Yo la había matado. Una vez más lo había estropeado todo. Ya no habría más momentos felices, más sonrisas... Ya no quedaba nada, por mi culpa. Y entonces, las únicas palabras que pudieron salir de mi boca fueron:

-Lo siento... Yo no... Yo no quería esto... Yo... Lo siento... Lo siento... Lo...

¡AAHHH!

EIDENWhere stories live. Discover now