Mi nombre es Dionisio.

Mi yo.

Me llamo, Dionisio.
                Soy un joven decidido y delicado, siempre pienso en las consecuencias que podría llegar a tener si cometo un error o mejor dicho una decisión totalmente estúpida. Realmente siempre me he considerado una persona atractiva, 1.78m, 80kg, de un corte de cabello demasiado único en mi estilo con rizos sobre la mejilla y desordenado, barba que cubre completamente mi estructura facial, ojos enormes como si se tratara de un personaje de anime, pestañas largas, nariz pequeña y una boca rosada. Con una tez apiñonada, vello sobre mi pecho y con un calzado del número 7.

Un carácter recalcitrante y demasiado fuerte pero en el fondo un corazón de payaso, un corazón tan amoroso que decir mucho es poco. Teniendo en cuenta que la vida siempre me trato mal, desde que mi padre dejó de ser hombre, porque aquel que abandona y reprocha a un hijo, no es considerado llamarse hombre, al menos eso pienso cuando lo veo tan cómodamente como un adolescente viviendo peor que su hijo de 25 años. Lo sé, a estos días ya uno no necesita llorar sino solamente ver ese error y reconocer que tuviste mala suerte.

En fin. Les contaré cómo realmente aprendí a desarrollar el talento que todos tienen, el amor, pero aunque en todo hay odio y desigualdad, mi sueño es lograr una tranquilidad en las personas que están leyendo esto, ya qué hay veces que uno no se da cuenta del error hasta que lo mira desde la perspectiva de crítico, y soñando que uno siempre puede hacer lo que quiera.

PARA AMAR TIENES QUE ACEPTAR LO QUE REALMENTE ERES, ÁMATE Y TRIUNFARÁS.