One: Melting

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Min YoonGi tendía a ser considerado un hombre serio, firme, y sobre todo, sin debilidades. De cierto modo era cierto, su seriedad lo caracterizaba ante el mundo, aunque él pensaba que no era tan serio realmente, sino que lo estaban comparando con un grupo de personas demasiado... enérgicas. De todas formas él sabía cómo divertirse y perder la compostura, lo había hecho muchas veces a pesar de que se avergonzara un poco después.

También era firme en sus convicciones, y tal vez siempre lo ha sido, por eso nunca le ha importado pasar por encima de los deseos de sus padres, o atravesar las adversidades que lo acompañaron cuando decidió seguir sus sueños. Era firme con lo que quería y lo que deseaba, aunque estas cosas las dejara para su cabeza. Era firme cuando cuidaba a quienes le importaban, a veces tomándose demasiadas molestias, y era firme para seguir el camino que le hiciera feliz.

Era en la parte de las debilidades donde no estaba tan seguro, no es como si tuviera debilidades físicas, si es que perder el aire demasiado rápido cuando se ejercita no se considera debilidad. Tampoco tenía debilidades emocionales, pues su ansiedad social estaba prácticamente superada, y con el pasar de los años su mente se había vuelto más saludable.

Pero, sí que tenía algo que lo privaba de la habilidad de pensar racionalmente, le sonrojaba las mejillas y le brillaban los ojos, le entraban unas ganas tremendas de abrazar y era imposible para él concentrarse en otra cosa. Y si eso no se consideraba una debilidad, entonces no sabía lo que era.

Esa debilidad eran las cosas tiernas, y él en serio le buscaba un por qué, pero cuando algo le resultaba adorable, no podía evitar tocarlo o simplemente mirarlo con anhelo. Lo evitaba lo más posible, porque, diablos era vergonzoso, y en serio odiaba cuando los idiotas con los que vivía se burlaban de él.

JungKook era quizá el que más le jodía la existencia, le compraba mercancía de Kumamon solo para verlo derretirse y sonreír como idiota. También solía mostrarle videos de gatos tiernos para reírse cuando YoonGi soltaba un chillido mientras se abrazaba a sí mismo, apretando las manos sobre sus propios brazos para retener el impulso de apretar al maknae contra sí. Intentaba contenerse, realmente lo hacía, pero después de unos segundos le era imposible mantener su máscara de indiferencia, y ese mocoso diabólico amaba verlo perder la compostura.

TaeHyung le cedía sostener a YeonTan a propósito con el fin de apreciar cómo YoonGi hundía la nariz en su pelaje, con las mejillas rojas y un suspiro contento, y se reía a costa suya mientras le sacaba videos.

Aún no sabía si le gustaba esa parte de sí, era bastante bochornosa a decir verdad, aunque no se repugnaba a sí mismo por eso, y SeokJin siempre le ha dicho que no debe avergonzarse por las cosas que le gustan.

Aunque eso que sentía YoonGi era más que "algo que le gusta", porque real y seriamente, lo volvía débil. Ver gatitos en internet lo ponía débil, jugar con su perrito Holly lo ponía débil, sus cosas de Kumamon lo ponían débil. Y en cierta medida era frustrante no poder controlarse cuando sus ojos captaban algo tierno y lo volvía una masa suave que solo podía pensar en dar cariño. Ni él mismo entendía su contraste de personalidad.

Había un problema un poco más significativo para él con todo esto: también le sucedía con las personas. Sentía que se volvía loco cuando NamJoon sonreía y se le marcaban los hoyuelos, también cuando TaeHyung le hacía pucheros cuando lo regañaba y se sentía desfallecer cuando HoSeok soltaba ruiditos con su aegyo. JungKook era quizás quién más evitaba ser tierno, pero eso no era impedimento para que a YoonGi le pareciera adorable verlo buscar cumplidos de sus Hyungs, y el maknae era naturalmente lindo.

WEAKNESS  [MYG+PJM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora