La vida se compone de momentos y puedo decir, si no me falla mi memoria, que desde aproximadamente los 11 años que la literatura me acompaña y es parte de mi esencia. Calculo que desde antes también, pero desde esa edad tomé noción de ese vínculo. Desde ese primer momento cuando mi mamá me regaló un libro de poemas que yo añoraba tanto, y habíamos visto en la feria del Libro. Ese libro que atesoré, leí y releí.
Luego con el transcurso de los años conocí autores que me hicieron sufrir con ellos, crecer, enamorarme, aventurarme, entender más a mi entorno. Comprender el mundo. En algún punto es lo que hace la literatura, acercarnos mundos, realidades y transformarnos.
Mi vida hasta ahora se trató de aventuras, y desventuras también. Con altos y bajos como todo ser mortal. Viví junto a mi familia hasta los 21, cuando me mudé sola, a otra provincia. Empecé de cero y...en palabras de mi viejo...forjé mi destino. Aunque es discutible, lo del destino.
En Córdoba estando con mi familia, viví parte de mi adolescencia, crecí, me gradué de la secundaria. Luego estudié tecnicatura en Comunicación Social, me recibí, carrera que amé, que me introdujo a las ciencias sociales, y me acercó aún más a mi amada literatura...nunca olvidaré las clases de taller de escritura, donde comenzábamos a escribir crónicas. Y ahí comenzaba a volar mi imaginación...creando historias...
Cuando terminé la tecnicatura empecé el profesorado de Lengua y Literatura...pero mi vida comenzaba a cambiar y sentía que Córdoba ya no era parte de mi...quería volar a otros sitios y explorar.
Volví a Buenos Aires con 21 años, (lugar donde nací y viví durante 15 años con mi familia) viví con mi abuela un tiempo, luego me establecí en otro sitio. Conseguí trabajo y comencé a estudiar Lengua y Literatura en el profesorado Alicia Moreau de Justo ...y heme aquí...sigo estudiando allí...sigo tan enamorada como a los 11 años de la literatura, y creo que ese amor cada día crece aún más.
Soledad Meiler
