Libro del Libertinaje: Variety Show

One-Shot #1: Voyeuristic; Ahome, Kouga. Sesshōmaru observador.

*Voyeurismo; parafilia que consiste en observar a otra persona, o grupo de personas, durante sus relaciones sexuales o de carácter privado.

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La Niñera

Todo estaba muy oscuro al rededor de la dormida niñera, la una y única luz provenía de la gran pantalla enfrente al sillón en el se había casi desmayado junto a su querida protegida, Lin. Poco sabía ella entre sueños que era observada de forma atenta por quien era justamente, su empleador.

...

Llegando a su casa, un gran demonio se encontró de frente con una adorable escena, la disfrutó de una forma muy distinta a la primera vez que las encontró así (inocentemente), hacía ya pocos años. Llevó a su pequeñísima niña al cuarto que le correspondía; aquel lleno de flores, unicornios y posters de Rock ochentero, y bastante alejado de la sala.

Al principio, pensó que era la vista de una madre y su hija, pero una vez despachada la niña, se quedó con la imagen de una mujer demasiado bella para cualquier humano, completamente indefensa en su propio sillón. De su casa. En SU territorio, él era un cazador.

-¿piensas comertela?, eres un viejo cochino, Sesshōmaru. -casi había olvidado que llegó con uno de sus pocos amigos de confianza;

-casi te olvido ahí parado como una estatua, imbécil. -aunque le hablaba a Kouga, esa mirada dorada sobrenatural nunca dejó su presa, "el mejor cazador sólo come la mejor presa", pensó.

Hay que comenzar.

Veía, como tantas noches anteriores a la que se había convertido en el destinataria de sus más bajos deseos y fantasías; su pequeña Higurashi Ahome de tan sólo veintidós años. Él era un demonio ancestral, era casi pedofilia sí lo consideraba, una diferencia de edad de mil doscientos veinticuatro años era suficiente para pudrirse en la cárcel. Su unica salvación era la apariencia que tenía, de sólo unos veintisiete años.

-mujer. Despierta, tu señor llegó a casa.
No se acercó, permaneció a solo dos metros de distancia, todavía observándola mientras muy lentamente, ella comenzaba a despertar. Solo sonrió cuando esos celestiales ojos zafiro lo miraron con anhelo. Gimiendo lentamente un prolongado "mhnm", Ahome volvía a la conciencia.

-creo que sigo soñando... Pareces un lobo, amo. ¿Te comerás a ésta caperucita esta noche?- con una somnolienta sonrisa se comenzó a desperezar, estiró sus manos por encima de su cabeza; por sobre el respaldo acolchado.
Deslizándose en el terciopelo más caro, cargó solo la espalda baja en el sillón y usando una de apoyo, estiró la otra pierna hacia su bello amante. Colocó su pequeño pie justo en donde Él la necesitaba, ese jugoso bulto cubierto de Armani.

-¿eres un lobo bueno, amo?- ella no había notado otra presencia, tal vez porque seguía un poco dormida o tal vez porque no quiso notarla simplemente, hasta que alguien habló a sus espaldas muy cerca de su oído izquierdo:

-ese es un perrucho, bella dama. Si mira hacia acá verá un lobo verdadero, y sí, éste lobo te comería entera.- asustada, Ahome trató de incorporarse, quien le habló fue el señor Kouga, un socio y muy amigo de su amo; se horrorizó con la idea de la actitud tan íntima e inapropiada que vió de ella hacia su jefe. El intento de sentarse correctamente fue frenado por una poderosa mano en su tobillo.

-¿s-señor? -su aterrorizada mirada azul volvió a Sesshōmaru.

-shh, hoy quiero hacer algo distinto contigo, cachorrita. No temas, se que le confías la vida a tu amo- comenzó a masajear esa maravillosa pierna lampiña, flexionándola por la rodilla para acercarse a ella. -por esta noche, solo quiero ser espectador de tu placer. No confiaría esto a nadie más que mi amigo centenario. ¿Te entregarías a él?