Errante

Capítulo 1- Desapariciones

Aquella ciudad cubierta de neblina y chimeneas humeantes se vivían momentos de tensión ya que después de una serie de asesinatos en el periódico se leía lo que hasta ese momento sería el peor asesinato que había ocurrido siendo las víctimas una pareja casada con un bebé de 7 meses de nacido está familia fue encontrada hecha pedazos en toda la casa aún así el periódico no daba muchos detalles ya que no querían estresar más a la población ya que la tensión había aumentado progresivamente pero si llegaran a ofrecer más detalles en ese artículo seguramente la tensión y el estrés de la población se dispararía por los cielos.

Al otro lado de la ciudad en un punto donde la pobreza abundaba se encontraba un vagabundo leyendo el periódico junto a una bolsa de tela desgastada que fácilmente la gente deduciría que en esa bolsa cargaba sus pertenencias o lo poco que tenía y lo cierto era que muy lejos no estaba en la ropa cargaba cosas como ropa, una colcha, zapatos entre otras cosas que llevaba ahí aún que dentro de la bolsa había algo curioso que nadie notaba, el vagabundo a diferencia de las demás personas se encontraba muy tranquilo y no se veía que tuviera miedo la gente pensaría "Aquel señor no a de tener miedo por qué no tiene nada que perder " o "Yo creo que a vivido tanto tiempo así que lo que menos le importa es permanecer vivo"o esas sería la forma de verlo la gente de la gente que transitaba a su alrededor.

Aquel vagabundo se sentó en al acera y metió el periódico a aquella bolsa que llevaba y cargaba a todos lados a los que iba, aquel vagabundo aún que con una cara no muy expresiva estaba decepcionado por alguna razón quien sabe si era por su vida en la miseria o si era por compasión a las personas que estaban falleciendo, mientras caminaba en todo Londres buscando que comer se le hizo de noche aún así y pese a esto o si quiera pararse a descansar siguió caminando hasta que por la misma acera que el un hombre con unas vestimentas de la clase alta paso junto a el y en ese mismo camino los dos chocaron ligeramente un choque que visto desde un punto de vista más filosófico se podría interpretar como los extremos de la sociedad el rico y el pobre, a este choque el hombre burgués exclamó —Ten más cuidado un poco más y podrías haber ensuciado mi traje nuevo o pudiste haber arruinado el brillo de mis zapatos que no ves que voy a una importante reunión — el vagabundo lo miro con una mirada neutral pero se le notaba algo molesto así que el con un tono algo testarudo y violento pero sin alzar mucho la voz le dijo —lo siento señor burgués no era mi intención— y justo al terminar de decir esto de su saco saco una lámina negra que por su forma de podría decir que era una espada aún así está no se parecía a una espada aún que por la forma que tenía era lo más cercano a lo que se le relacionaba, al sacarla del saco no tardó ni un segundo en dar un corte en horizontal cortando a aquel burgués desde el cuello hasta el costado izquierdo del torso partiendo lo a la mitad, apesar de que aquella lámina negra no tuviera la forma de una espada resultaba ser muy efectiva tanto como para cortar múltiples cosas duras del cuerpo humano como lo pueden ser los huesos en específico las costillas, aquel burgués no tuvo tiempo ni de gritar ni de correr su vida solo acabo en un momento aún que ante este ante esto 2 policías que se hallaba patrullando vieron la escena y aún que uno de ellos apenas iba a tocar su silbato para alertar a otros no le dio tiempo y la mano con la que sostenía el silbato fue amputada apesar de que los dos oficiales sabían que tenían distancia considerable no comprendían como es que pudo recortar una distancia tan grande en un momento, en los ojos de los oficiales se notaba el miedo y al agonía la presencia de aquel hombre demostraba que la vida humana es tan fácil de apagar como la llama de una vela, aún que no demoró ni tartamudeo y con el siguiente movimiento acabo con la vida de los dos oficiales siendo cortes claves y concisos en el cuello de ambos, aquel vagabundo después de hacer eso sacudió aquella arma para limpiar la sangre para luego guardarla de nuevo en el saco fue entonces que se  retiro por uno de los callejones de Londres y cargando su saco se perdió de la vista de cualquiera  en aquella neblina que comúnmente había en aquella ciudad.