Soy Infiel || ᴘᴀʀᴋ ᴊɪᴍɪɴ [Terminada]

Cap 1

☆ﾟ.*･｡ﾟEstoy en un lugar dónde trato de vivir mi vida y a la misma vez, trato de escapar de ella.☆ﾟ.*･｡ﾟ

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[...]

Mientras terminaba de recoger las últimas prendas y guardarlas en la maleta, trataba de convencerme a mí misma que mi vida sería mas buena en Corea.

—Eliz, el auto llegará en 20 minutos. Termina de recoger lo que necesites y baja— habló mi padre entrando a mi habitación.

—Si padre, sólo necesito una...— no terminé de hablar cuando fui interrumpida por sus palabras

—Si si, lo que sea. Estaré abajo con tu madre. Y... procura no llegar tarde— al decir las últimas palabras salió de mi habitación cerrando la puerta de un tirón.

—De todos modos nunca me escuchas— cerré la maleta y me lancé a la cama.

Mi vida como millonaria no era exactamente la de los libros, niña mimada hija de papi y mami. Habían días en los que solamente quería escapar de mi propia vida y correr lejos. Pero... no se puede escapar de tu destino.
Me presento, soy Elizabeth Dithyn, y ésta es... la historia de mi hermosa vida.

[...]

Camino al aeropuerto trataba de pensar lo que sería de mi en un país al cual nunca he visitado, sentía una emoción por dentro al recordar que ciertas personas muy importantes para mí vivían en ese lugar— ¿Dónde es la casa?—pregunté a mi padre quien me miró por un segundo y devolvió su mirada a su laptop

—Es en Seúl, la compré recientemente. Es una de las mejores casas en toda Corea del Sur.

—Sólo pregunté dónde era— coloqué mis audífonos y continué mi trabajo tratando de contar cuántas nubes habían.

Tan solo puse un pies en Corea una energía positiva recorrió mi cuerpo. Respiré profundamente antes de subir al auto y dirigirme a la nueva casa.

El lugar era hermoso, las calles, la ciudad, todo era nuevo para mí.
Varias fotos llegaron a mi celular y el teléfono de mi padre sonó de inmediato.

—¿Es ésta?... Entiendo... buen trabajo— colgó y nos miró— Acaban de llegar varias fotos a sus celulares, miren bien, es la casa.

Rápidamente observé las fotos. Wow, ésta casa es enorme— ¿No pudiste simplemente comprar una casa más adecuada para tres personas?

—Soy el presidente de las compañías Dithyn. ¿Qué crees que dirá la gente si se entera de que vivo en una pocilga? Confórmate con ésta casa, es una de las mejores— habló un poco enojado por mis palabras

—Ths, tu orgullo, siempre por encima de todo— hablé por lo bajo recibiendo la mirada inconforme de mi madre.

—Eliz, no hagas enojar a tu padre, ya sabes cómo se pone cuando intentas contradecirlo— susurró tratando de advertirme.

Crucé mis brazos y traté de ignorar lo que pasaba a mi alrededor. Al llegar a la enorme y lujosa casa, el portón que dividía la calle del enorme patio se abrió. El auto dió un giro alrededor de una gran fuente que se encontraba frente a las largas escaleras de la mansión.

Bajé embobada por la belleza del lugar. No se podía dudar de eso, pero... es un lugar muy grande para una sola persona. ¿Una sola persona? Si, una sola. En Inglaterra, pasaba la mayor parte del tiempo sola en casa, con el mayordomo y las sirvientas solamente. Mis padres se la pasaban fuera del hogar todo el día incluso toda la noche y ésta no sería la excepción.

Bajé mis maletas y me adentré en los enormes pasillos de la casa. Tantas puertas que abrir y solo una para mí— ¿Dónde se supone que esté mi habitación?— solté las maletas al darme cuenta que habían más de díez puertas en un solo pasillo— Ésto es simplemente genial.

Dejé las maletas en una esquina y me senté en el sofá esperando algún rastro de mi padre. Pasaron los minutos y simplemente él no se presentaba por todo el lugar. Cansada de esperar busqué a mi madre— ¿Se puede saber dónde se metió Jon's Dithyn?— grité.

—¿Quieres ser un poco más cortés?—habló mi querida madre colocando los hermosos cuadros que había traído de Inglaterra.

—Oh, por supuesto, perdone mi ignorancia. Claro que puedo ser más cortés. ¿Querida y hermosa madre... podrías decirme dónde demonios debo de dejar mis maletas?— sonreí falsamente mientras esperaba su respuesta.

—En tú habitación— reí al escuchar sus palabras.

—¿Has visto ésta casa? Tiene más de díez puertas en un solo pasillo, ¿Dónde demonios voy a abrir? ¡Ésto no estuviera pasando si mi padre no hubiera comprado ésta estúpida casa!

—¡Elizabeth Dithyn! ¡Deja de quejarte y no contradigan más a tu padre!— gritó eufórica, retrocedí un paso atrás al darme cuenta de que dijo mi nombre completo y sólo lo decía en dos ocasiones, cuando estaba enojada o cuando era importante, y ésta vez estaba enojada— ¡Si tantas ganas tienes de encontrar tu habitación por qué no miras el número que tienen las fotos que te mandaron al celular!— miré mi teléfono y en cada puerta había un número, y cada número tenía su respectiva función... Habitación 6 Elizabeth Dithyn.

—Gracias por avisarme— me dirigí hasta dónde estaban mis maletas y busqué el número entrando a lo que sería mi cueva— ¿Ésto es mi habitación o un salón de baile?— era incluso más grande que la de Inglaterra.

Comencé a colocar todo en su sitio rápidamente para tratar de conocer más el lugar. Una vez terminé, corrí a la salida— ¿Dónde crees que vas?— giré mi cuerpo y la observé.

—Quiero conocer el lugar, no me gustaría perderme.

—No tienes que perderte si sales en el auto con tu guarda espaldas.

—Mamá, quiero salir— le miré fijamente, a lo que ignoró mis palabras y siguió colocando los cuadros— Tomaré eso cómo un “No llegues tarde”.

Salí de la casa y comencé a mirar por todos lados como toda una tonta. Algunas personas se me quedaban mirando y me sentía como un fenómeno de circo.
Estaba tan distraída mirando a mi alrededor que no me percaté del lugar en el que estaba— Mierda, ¿Y ahora qué?—intenté llamar a mi chofer personal para que viniera en mi búsqueda y para mi buena suerte no había cobertura—¡Ah! ¿Es en serio?—mientras trataba de buscar una línea al menos, choqué con alguien y caí al suelo.

—Lo siento mucho, ¿Estás bien?—en el momento que escuché su voz, me sentí atraída por él. Levanté mi mirada encontrándome con esa gran sonrisa que me atrapó para siempre.