🎄

474 59 11
                                    

Un peligris se encontraba recostado sobre el colchón de su desordenada cama, pensando con profundidad la situación en la que se encontraba: le gustaba Park Jimin, su mejor amigo desde hacía tres años, y muchísimo.

Incluso pensar en él hacía que le temblara la panza.

A pesar de que entre ellos había una máxima confianza, nunca se había atrevido a decirle nada al respecto, el miedo a arruinar la fuerte y linda relación amistosa que mantenían era latente a diario y lo encadenaba todo el tiempo. Siempre tenía que cuidar la forma en que le miraba para que no se le notara tanto lo idiotizado que le tenía, debía estar alerta a no suspirar en su presencia o a no pensar en voz alta lo guapo que era... e iría a pasar la navidad en casa de los padres del menor por segunda vez, oh vaya.

Los padres de Yoongi vivían en Daegu y los de Park vivían en Busan. El año anterior, habían ido a casa de los padres del pálido a pasar navidad y esta vez la pasarían con los del peliazul, era algo que ya habían acordado muchísimo tiempo atrás, pero eso no quitaba que se sintiera terriblemente nervioso. Si no hubiera logrado dejar atrás el hábito de morderse las uñas y el dedo, eso mismo estaría haciendo justo en ese momento ante los nervios y la ansiedad.

En eso, Min pudo escuchar pasos acercándose a la entrada del departamento a través del pasillo de ese piso del edificio e intentó despejar sus ideas lo más pronto posible y no verse afectado por su mente, poco después oyéndose la puerta de la casa ser abierta con las llaves y Jimin acercándose a la habitación con pasos arrastrados y sosos mientras se iba retirando de encima las prendas extras que llevaba para cubrirse del frío invierno.

La puerta de su habitación fue abierta y a través de esta cruzó el peliazul en tanto se quitaba los zapatos y el pantalón de uniforme del trabajo con movimientos cansados, algo que no era extraño entre ellos al haber mucha confianza de por medio. El menor suspiró cansino al quedar solamente en bóxer y la camiseta del uniforme, se encaminó a la cama de su mejor amigo y se dejó caer a su lado, apegándose a él para sentir su calorcito corporal, acurrucándose en el lado izquierdo del cuerpo del mayor. La calefacción estaba encendida y afuera hacía un frío del demonio.

El peligris rio bajito y abrazó por la cintura al de labios gorditos, cubriéndolos a sí mismos con la manta calientita antes de depositar un casto beso en la frente contraria, algo que ya era costumbre entre ambos. Él se había encargado de que fuera así o sino estaría muriendo por no poder al menos besar sus sienes y que el menor hiciera lo mismo con él.—¿No piensas cenar, Jiminnie?

—Estoy muy cansado, mi estómago lo entenderá— le respondió en tanto inhalaba el aroma de su mejor amigo. Su loción era de cítricos y la espuma con la que se duchaba también lo era, además de que siempre se encontraba comiendo una mandarina y ese era un olor habitual y agradable de detectar en él a diario.

—No es bueno que te quedes con el estómago vacío hasta mañana. Nos prepararé avena de fresa, ¿de acuerdo?— Park asintió antes de agradecer. Yoongi dio un pequeño apretón al cuerpo de su mejor amigo entre sus brazos y, cuando quiso separarse y levantarse de la cama, él no lo soltó e hizo estallar de al menos mil formas distintas a su enamorado corazón.—¿qué sucede?— disimuló.

—Es que estás muy caliente...— permaneció callado por unos instantes y suspiró.—¿ves? Estoy tan cansado que ya ni puedo reírme del doble sentido de lo que dije— replicó dramáticamente, haciendo reír al peligris.

Finalmente, Jimin dejó libre el cuerpo de Yoongi y pudo sentarse en la cama, se colocó sus pantuflas, se puso de pie y estiró su cuerpo entumecido y saltó de la impresión al sentir la pequeña y extremadamente fría mano del peliazul colándose malévolamente entre su espalda y su suéter para tocar su piel calientita.

🎄Christmas with you🎄YM • OSWhere stories live. Discover now