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La café mirada de la dulce madre de Samanta, Hanna Brown  la acompañaba a donde quiera que iba, afuera en los jardines, a la gran entrada del castillo, el gigantesco comedor o su acogedora habitación.

Los Brown eran  la segunda familia más poderosa del imperio después de la familia imperial. Su castillo era tremendamente gigantesco tenía un bello estilo medieval. Fue creada por el primero de todos los Brown en el año de 1100 al inicio del gran imperio Skvelé de los cuales ellos fueron una de las tres familias fundadoras. Al entrar se podía encontrar una bella entrada que conectaba tres pasillos, al pasillo de la izquierda se encontraban todos los salones que el duque usaba para su trabajo, el de la derecha conducía a unas escaleras al segundo piso donde se encontraban los cuartos de cada integrante de la familia, y en el tercer pasillo directamente se entraba a la sala con más interminables pasillo que daban a lugares como la cocina o el almacén.
Además, el castillo estaba rodeado de bellos jardines cubiertos de flores de varios colores, la propiedad de los Brown era de decenas de hectáreas cuadradas a la redonda. 

Casi todos los días eran divertidos, mientras que su padre no estuviera en casa, ellas dos podían divertirse hasta más no poder, tanto así que hasta ahora, a más de 10 años después de la muerte de su madre aún se siente la calidez que emanaba de su ser.

Su madre era tremendamente hermosa, sus bellos ojos esmeralda en conjunto con el largo y lacio cabello negro que portaba le daban una gran aura de elegancia, además, consigo cargaba el alma más bondadosa del todo el continente, siempre era amable, comprensiva, piadosa y respetuosa con los demás, tanto así que se fue ganando el corazón de todas las personas que la rodeaban, hasta de su terrible esposo.

James Brown, el gran Duque de Skvelé, rico desde su nacimiento y con una forma meramente diferente de demostrar amor a su esposa, realmente era terrible con todos los demás, hasta con su pequeña hija primogénita Samanta, la cual aborrecía al haber nacido siendo mujer. Le encantaba torturar a las personas que no estaban de acuerdo con él, ya que siendo el mejor amigo del emperador podía hacer lo que él quisiera, claro siempre de manera silenciosa. La única razón por la que no mató a  Samantha, su única hija, era por su gran parecido a su madre, era como verla aún ahí con él y ese sentimiento se fue haciendo cada vez más fuerte mientras pasaba el tiempo, lo único que lo detenía a quererla era su actitud, muy diferente a la de su madre, pero ella no tenía la culpa, el haber perdido a su madre y el seco trato de su padre habían hecho que desarrollara una tímida personalidad. 

Pero su corazón seguía siendo puro.

Su madre era gran escritora, día y noche se la pasaba escribiendo pequeñas historias de amor las cuales pudieron tener éxito si hubiesen sido publicadas, pero el duque no lo permitió temeroso a que alguien más pudiera denotar su belleza, bien se puede decir que trato lo más que pudo de esconder a la duquesa de los demás para que el amor que ella sentía hacía él nunca le fuera arrebatado. 

Entre los escritos de la señora Brown, nunca faltaban las cartas de amor que la duquesa escribía a su amado duque, lo amaba tanto que aún con el frio trato que le daba a su hija su amor por él nunca disminuyó ni un poco. Siempre le contaba a su pequeña hija el como la escritura es una maravilla que se debe de disfrutar, también le  contaba  el como escribir cartas a las personas que amas era lo más bello del mundo, y la pequeña Samantha fascinada, escuchando cada palabra que salía de la boca de su madre, deseó ser como ella al crecer.

Para Samantha, la trágica muerte de su madre la marcó demasiado, como fue ya antes mencionado, se volvió una persona tímida y asustadiza, pero siempre mantuvo los valores  que su madre le enseñó, siempre se mostraba leal y amigable (más no social). Mientras que ella iba creciendo, decidió seguir los pasos de su madre.

 Su padre pensaba que por lo menos si ella no iba a poder hacer nada al haber nacido en una terrible condición de mujer, por lo menos no debería de ser una persona con poco conocimiento e ignorante del mundo y su ciencia, era de la nobleza y tenía que demostrarlo, empezó a estudiar desde la edad de 4 años aunque solo simples conocimientos básicos, ni siquiera el leer o escribir se le enseñó en ese momento, pero al cumplir Samantha los 5 años, después de la muerte de su madre, sus estudios se intensificaron, a su casa comenzaron a llegar profesores expertos de diferentes temas a enseñarle y su padre se volvió más estricto tanto así que a la edad de 6 años y medio ya lograba leer y escribir con excelencia, pero claro eso después de recibir muchos golpes de su padre.

Una vez que pudo escribir comenzó a crear sus propias historias, siempre eran muy diferentes, ella creaba cuentos de hadas fantásticos, pero todos tenían algo en común, tenían a una bella princesa de nombre Hanna la cual tenía el corazón más puro de todos. Al igual que su madre quiso escribir cartas a las personas que ella amaba, siempre habían dos destinatarios: Hanna y James Brown.

Más esas cartas nunca fueron entregadas.

Claro que todo cambió cuando llegó ella.

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2021 ⏰

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