Cautivos Entre Espadas y Espinas
La pelicastaña de tez pálida con labios rojizos y ojos café aún se mantenía en el lugar; con los latidos del corazón retumbado en mi pecho como el trote de un caballo mi respiración cada vez descendia más. La veía barada frente a mí que yacía en el suelo pegado a una de las paredes tratando de reunir fuerzas para vol...