Vorágine ardua Tempestades en cada senda aunadas a la lluvia que susurra el caos Con la tizona labrada en los albores de la pasión y el infierno He de engullir estos versos corroídos embalsamados con aluviones de gritos longevos Y con su fulgor , he de redimir al sublime precursor en un denuedo interno En la galerna abrumando soledades sucumbo al ínfimo recuerdo Donde el cáliz de la sangre de un corazón herido cura las suturas de un poeta empedernido...