Cuando sonreía no podía hacer otra cosa más que perderme en esos labios rotos que se estiraban y en esos ojos cafés que eran comprimidos por sus pómulos, cuando sonreía no podía hacer otra cosa más que perderme.
Cuando sonreía no podía hacer otra cosa más que perderme en esos labios rotos que se estiraban y en esos ojos cafés que eran comprimidos por sus pómulos, cuando sonreía no podía hacer otra cosa más que perderme.