Tadashi Murakami, un pandillista de los lares más recónditos del Soho del distrito XII de Francia, es dueño de Le Klub; un bar de 5to preludio en donde se refugian los borrachos más lamentables. Lo singular de este establecimiento, es que está ubicado en la planta baja de un edificio que le tocó al japonés por herencia, pero nunca le interesó el resto de los pútridos y desgastados pisos. Pero todo cambió cuando Daniel Murakami llegó para darle una visita, y criticar sus volantes ochenteros que colocaba en la entrada de Le Klub. Y también cuando un hombre con armadura, proclamado como Gerôme Laferrierè posó sus azulados ojos en Tadashi.