Ámbar se prometió recuperar lo que era suyo sin saber que las mismas circunstancias iban a obligarla a ello, quisiera o no. Situaciones extremas la llevarían a buscar a su madrina y acercarse a Simón, pero quizá no para brillar, como se lo propuso en un inicio, sino para unir las piezas de una vida que la rompía por dentro. Parecía que de estas realidades atropelladoras nacería la imposibilidad de recuperar la cima. Con todas las certezas destruidas, el espejo solo mostraba una joven fragmentada. Se prohíben adaptaciones.