A Kenma le gustan las manos de Akaashi. Son más grandes que las suyas y eso le agrada. No son suaves; son algo ásperas de hecho, pero eso le da un toque encantador y algo varonil. Le gusta cuando le toca la mejilla o le sostiene de las manos porque las de Akaashi siempre están tibias. Eso le hace entrar en calor en invierno y se lo agradece infinitamente.