Estamos habituados a que las relaciones amorosas sigan un determinado orden, primero nos enamoramos, luego tenemos relaciones sexuales, a continuación, nos solemos ir a vivir juntos, nos casamos y por último llegan los hijos, en ocasiones algo en este orden natural se ve invertido sin mayores consecuencias, pero ¿Qué pasaría si todo esto orden se llevase a cabo totalmente del revés? Primero tenemos hijos, luego nos casamos, nos vamos a vivir juntos, tenemos sexo y por último nos enamoramos. ¿Sería posible una relación así o está condenada al fracaso más absoluto? Nuestros protagonistas son Verónica y Héctor y por ahora no se imaginan que su mundo está a punto de ponerse patas arriba.