Detrás de las cámaras, al momento de quitarse el disfraz los héroes se convertían en personas comunes que tenían sus propias preocupaciones, que en ocasiones no los dejaban dormir. Pero, era en situaciones así donde tenían que encontrar su propia fuerza para salir adelante, aunque claro, no siempre tenían que pasar por este proceso solos.