-Tu vendras con migo, o si no matare a tu manada- dijo tomando mi brazo con fuerza y arrastrandome hacia su auto.
-¡No te la lleves a mi niña!- Gritaba mi padre.
-Tu vendras con migo, o si no matare a tu manada- dijo tomando mi brazo con fuerza y arrastrandome hacia su auto.
-¡No te la lleves a mi niña!- Gritaba mi padre.
El mundo es un lugar cruel para un omega, aún más si naces en una de las familias de la mafia. Bill no recuerda cuándo fue la última vez que comió, que sonrío, que vio la luz del sol. Sus días eran a...