Faltando una hora para la medianoche, él chico de oscuros cabellos caminaba sin prisa alguna por aquellas frías y desoladas calles que lo llevarían hasta su hogar. Mirada al frente divisando el ya conocido camino para no tropezar, sin prestar atención a nada mas a su alrededor y con una mueca de seriedad dominando sus facciones, auriculares sonando altamente en sus oídos reproduciendo aquellas melodías que lo transportaban a su mundo, él, sus pasos, su música, sus pensamientos y nada mas que las calles que parecían no tener fin esa noche... Un ladrido... Una enorme sombra negra acercándose sin dar tiempo a ser divisada con claridad y un grito proveniente de una voz grave saliendo de algún sitio.. ¿Cómo podía arruinarse todo un escenario en menos de un segundo? ¿Cómo darse cuenta en ese momento que aquel ladrido era una alarma que indicaba el próximo gran cambio en su vida? Quizás debería haber llegado mas temprano a casa.