Ella lo tiene todo, excepto la felicidad. Él no tiene nada, pero no lo necesita para ser feliz. Ella besó al príncipe equivocado, creyendo que era su deber como princesa, pero cuando saboreó el fuego de él, del dragón, su alocada corona extendió sus inmensas alas liberándola de su propia prisión, su reino. Sumérgete en el reino donde las apariencias engañan y los príncipes, son equivocados.