Su melena rosa, se mecía con gracia a la vez que caminaba fingiendo elegancia. Miraba con impotencia, como su vestido marfil se deslizaba por aquel piso de mármol que yo misma había mandado a colocar. Ella no merecía ser la Reina... yo debería estar en ese lugar, me repetía a mi misma, frustrada de no poder hacer nada. Ella me quitó mi puesto, me robó mi felicidad y lo peor de todo me apartó del único hombre que jamás en mi vida había amado... Sasuke. Pero de ninguna forma, pienso dejar las cosas de esta forma. "Yo le haré pagar por cada uno de sus pecados, y ni siquiera la muerte podrá impedírmelo."