Dios prohíbe matar. Pero si mato a alguien que ha matado niños y adultos y sigue en libertad gracias a sus amigos politicos corruptos ¿hago el bien o cometo un pecado? Estas preguntas están todo el tiempo en la mente de William, un hombre, que siendo niño perdio a su madre y hermana a manos del crimen organizado. Y que sufre al ver el dolor de las personas al perder un familiar, porque él, el sabe lo que se siente. Él sabe lo que se siente saber que perdiste a alguien que amabas y que ya no lo volverás a ver jamás y peor, que los responsables siguen libres causando más desgracia y vendiendo a su gente por dinero y poder. Esto tiene que cambiar, esto tiene que cambiar y ahora. Debo hacer justicia por la madre que perdió a su hija, por el padre que perdio a su hijo, por el anciano que perdió a su único hijo, por el niño que le pregunta a su mamá-¿ cuándo volverá papá ? Y la madre secándose las lágrimas le dice que no lo sabe. Por las madres olvidadas y los padres que con lágrimas piden justicia. Por los sedientos de una y una sola cosa JUSTICIA. Y si en el nombre de la ley esos criminales no reciben su castigo, lo recibirán EN EL NOMBRE DEL PUEBLO.