-Ella caminaba bajo la lluvia con una tranquilidad perturbadora, sus pies descalzos y su cabello húmedo daban señal de que vagaba por mucho tiempo pero, esa era yo. No comprendía como, pero mi alma... Me abandonaba cada día de lluvia y me era tan peculiar... Porque cada vez que la lluvia cesaba..., Mi sangre se congelaba ante aquel rostro poseído.
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