En una casa grande, de una privada protegida con pedazos de botella de caguama en el borde del muro que rodeaba a la misma, la pareja casada Joestar-Brando se encontraba esperando a qué sus dos chamacos, Diego y Giorno, regresarán de dónde sea que estuviesen haciéndose pendejos. -¡¡JOJO!!- gritó una buchona rubia de jeta pintada color verde. -¿Qué pasa amorcito?- contestó un tranquilo chichón sentado en el sofá viendo la majestuosa Rosa de Guadalupe. -¿¡Sabés dónde chingados está nuestro chamaco?!- gritó de nuevo el buchón rubio desde la cocina. -¿Cuál de los dos mí amor?- dijo gentilente Jonathan mientras se limpiaba un par de lágrimas de cocodrilo. -¡El grande!, el otro a de andar arrastrándose cómo puerco con el otro chamaco ese del Valentino.- contestó Dio, mientras sospechaba del paradero de ambos. -Giorno a de andar saliendo de la prepa, dale tantito tiempo amor- se limitó a intentar calmar a su rubia chichona. ~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~• Un one-shot mame, qué más puedo decir. ¡Disfrútenlo!