Han pasado 6 meses desde que Geralt obligó al bardo a que continúe su propio camino. Y Jaskier todavía recuerda las saladas lágrimas que embargaron tan amargamente su corazón, y el vacío que sintió al sentir la soledad como una realidad que lo aterraba con frenesí. Pero también recuerda que, un brujo con la sonrisa que a él le hacía falta, estaba convencido de hacer un pequeño espacio en su corazón, ese espacio dónde antes estaba Geralt de Rivia.