-¿Por qué me estas evitando? - pregunto él, molesto. -No te estoy evitando...- Por supuesto que lo hacía, era insoportable pasar dos meses peleando entre tu corazón y tus miedos. -Mírame a la cara y dime que no me estas evitando - puso su dedo en mi barbilla y, sin importar cuanto yo intentase desviar, obligó a que nuestras miradas se encontrasen. -No es eso, solo he estado tratando de olvidarte, cosa que para serte sincera es lo suficientemente difícil sin esto - completé en un susurro algo tembloroso. -¿Que es, entonces?- Cruzó sus brazos y levantó una ceja, sabía que yo le debía una explicación. -Te amo - admití