Marie solo quería vivir sin preocupaciones, pero no pensó que su codicia la llevara a su propio infierno. Degradando su vida a ser solo un accesorio o un reemplazo. -Tenemos que irnos de aquí. -chilló la castaña caminando apresurada hacia la puerta. -La única forma en que saldrás de aquí será envuelta en una alfombra para enterrarte en el jardín, Marie. -se burló la voz de Cuatro mientras retocaba su labial. Completamente ajena a la preocupación de su compañera- -No tenemos opción. -susurró Una mirando su anillo de matrimonio.- somos suyas, ahora. -------------------------------------------------------------------- No se permiten copias o adaptaciones de está historia, por favor sé original y respétala. Esta historia contiene escenas violentas y acciones moralmente dudosas, no lo leas si no te sientes cómodo con este tipo de contenido.