Ser hijo del rey gobernante de un reino no es fácil, y a Na Jaemin ya le estaba hartando ese modo de vida. Rodeado de gente falsa de otros reinos, teniendo que seguir siempre las órdenes de sus padres, no poder hacer lo que quiera por miedo a que el pueblo lo señale con un dedo o pueda afectar la reputación de su padre. Jaemin estaba cansado de todo eso, quería salir de aquel castillo, saber la realidad de cómo era que vivía el pueblo bajo el reinado de su padre, por lo que ideó el plan perfecto. Escapar del castillo, aunque sea por un rato. No esperaba encontrarse con aquel chico grosero que parecía ser buscado en aquel pueblo.